“Europa debe gastar más, mejor y juntos para asegurar su defensa. La cooperación industrial europea ha dado lugar a grandes empresas que a menudo dominan sus mercados, como Airbus, número 1 mundial en aviones comerciales y helicópteros”, ha dicho Guillaume Faury, CEO de Airbus y presidente del Grupo de Industrias Francesas Aeronáuticas y Espaciales (GIFAS), en declaraciones a la cadena de televisión France 5.
Ante la guerra comercial de aranceles suscitada en los últimos tiempos, Faury ha dicho que «hay varios sistemas de armas que son suministrados únicamente por los estadounidenses. En Europa llevamos muchos años sin haber invertido lo suficiente. Por lo tanto, Europa necesita hoy gastar más en defensa. También hay que gastar mejor y en Europa queremos tener sistemas de armas que no vengan del extranjero».
“Deberíamos hacer por el sector militar y espacial lo que Airbus hizo por el sector civil. De hecho, Airbus es el número 1 en el ámbito de la aviación comercial porque nos hemos agrupado entre los europeos para tener un único fabricante de aviones».
En materia de defensa y espacio, el CEO de Airbus aboga por el mismo tipo de unión explicando que “a corto plazo, para liberarnos de los americanos, se pueden utilizar soluciones civiles en defensa y ya existen, sobre todo a nivel espacial con constelaciones y satélites que producen sobre todo imágenes”, añadió Faury.
Respecto a la financiación del rearme europeo, destaca que “las empresas pueden invertir pero también esperar ser pagadas por producir el equipamiento«. Y sobre la conveniencia de impuestos excepcionales a las empresas privadas, apunta que “el sector no está destinado a ser la gallina de los huevos de oro del Estado».
“El sector aeronáutico es el principal contribuyente a la balanza comercial francesa (30.000 millones de euros de superávit), lo que contribuye parcialmente a compensar una balanza comercial desfavorable. Nuestro sector es crucial para la prosperidad nacional. No quiero que lo que le ocurrió al sector aeronáutico le ocurra a la industria automotriz, que no recibió apoyo durante muchos años».
“Demasiados impuestos resultan contraproducentes, demasiadas regulaciones provocan una ralentización de la actividad, una pérdida de competitividad y una disminución del nivel de prosperidad”, añade Faury, quien señala, a propósito de los aranceles aduaneros estadounidenses para los productos europeos, que el resultado será perdedor para todos y teme “una conflagración comercial”.