Washington.- Desde su posición a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), el experimento NICER de la Nasa estudia púlsares y otras fuentes de rayos X, observa y rastrea numerosas fuentes todos los días, desde la estrella más cercana al Sol, Proxima Centauri, hasta fuentes de rayos X en otras galaxias.
Un factor en los giros NICER es el movimiento de los paneles solares de la ISS, cada uno de los cuales se extiende cuatro metros. Mucho antes de que los paneles puedan invadir el campo de visión de NICER, el instrumento hace piruetas para apuntar sus 56 telescopios de rayos X a un nuevo objetivo celeste.
Los paneles solares de la ISS, en un vídeo del pasado 8 de junio, estaban preparados para la llegada y el acoplamiento del vuelo Soyuz MS-09, que se lanzó dos días antes con tres tripulantes de la Expedición 56. Luego, los paneles se reorientaron y comenzaron su seguimiento normal del Sol.
Las estrellas de neutrones, también llamadas púlsares, son los núcleos triturados que quedan cuando las estrellas masivas explotan. Tienen más masa que el Sol en una bola no más grande que una ciudad. NICER tiene como objetivo descubrir más acerca de los púlsares al obtener medidas precisas de su tamaño, lo que determinará su composición interna.
Una demostración de tecnología integrada, denominada SEXTANT, está allanando el camino para utilizar los púlsares como balizas para un futuro sistema tipo GPS para ayudar a la navegación de las naves espaciales en el sistema solar y más allá.