Madrid.- Este viernes se cumple un año desde que se lanzara el instrumento de corrección atmosférica a bordo del satélite Sentinel 3A, un radiómetro de microondas (MWR) diseñado y construido por Space Systems de Airbus DS en España, que aprovechó su tecnología en radiómetros para desarrollar la misión de altimetría probablemente más completa de la familia Copernicus.
Los innovadores sensores espaciales integrados dentro del satélite Sentinel-3A del programa Copernicus, no curarán la Tierra pero sí prometen diagnosticar mejor que nunca los males que la aquejan.
“Como responsables del subsistema de control térmico del Módulo de Servicio y del Módulo de Interfaz con la Payload, hemos recibido numerosas felicitaciones por parte de la ESA y del contratista principal del satélite”, dicen desde Airbus DS España.
Durante este año de vida del satélite, se han analizado las telemetrías recibidas, relativas a las temperaturas de los distintos equipos a bordo y a los consumos de las líneas de calentadores, y se han comparado con las que se predijeron antes del lanzamiento.
La conclusión es que el control térmico se está comportando de forma inmejorable, manteniendo todo los equipos dentro de su rango de temperaturas de funcionamiento, a pesar de las condiciones ambientales extremas a las que está sometido el satélite en su órbita. La principal prueba de ello es que no es necesario realizar ninguna modificación mayor en el diseño del subsistema para los siguientes modelos que se van a fabricar.
El radiómetro de microondas (MWR) es un instrumento de ingeniería único basado específicamente para garantizar a largo plazo la recopilación y el suministro operativo de mediciones. Airbus DS aprovechó su experiencia y los datos acumulados en las misiones ERS, Envisat y SMOS para desarrollar el nuevo instrumento que está ayudando a tomar el pulso de los océanos.
El radiómetro está diseñado para corregir las inexactitudes en la medición de altura debidas a la presencia de vapor de agua en las capas de la atmósfera. Ha sido desarrollado a lo largo de siete años en las instalaciones de Barajas en Madrid y es un instrumento vital del satélite, ya que permitirá tener mediciones de la altura del satélite de gran exactitud que son utilizadas por los otros instrumentos.
“El radiómetro desarrollado en Airbus España forma parte de la misión de altimetría y ayuda a corregir y mejorar la precisión de la medida del radar altímetro hasta una exactitud de 2cm. El comportamiento y evolución de los océanos es clave para muchos aspectos de la vida humana. Se podrá mejorar los modelos de predicción meteorológicos y anticiparse o buscar solución ligadas al cambio climático” afirma Raquel González, jefa del programa Sentinel 3A.
El radiómetro, de 26 kilogramos de peso, mide la radiación térmica que emite la Tierra y permite añadir a los pulsos del altímetro los retardos de señal causados por la humedad presente en la troposfera, a fin de obtener datos más precisos.
El MWR dando apoyo al radar altímetro ha demostrado su total capacidad. Gracias a esta corrección se puede hacer un seguimiento preciso de toda una variedad de superficies de agua, por ejemplo, mar abierto, zonas costeras, hielo marino y aguas interiores.
Airbus Defence and Space también fue responsable de la arquitectura térmica del módulo interfaz de carga útil y del módulo de servicios que garantiza un funcionamiento correcto bajo los cambios extremos de temperatura a los que está sometido el satélite en su órbita operacional, así como de un sistema de refrigeración criogénica para el radiómetro de temperatura de la superficie marítima y terrestre (SLSTR).
A través de una combinación de satélites de observación de la Tierra y sensores in situ – como estaciones terrenas y sensores aéreos y marinos – el programa proporcionará datos clave para el seguimiento del medio ambiente terrestre y marino, gestión de desastres naturales y crisis, y datos para la monitorización del cambio climático y de la atmósfera terrestre. “La ventaja de los satélites frente a la medidas en tierra es que tienen una perspectiva más amplia y pueden cubrir un área mucho mayor en poco tiempo (los satélites de observación de la Tierra dan una vuelta a la Tierra en aproximadamente 1,5 horas y en 4 días han barrido toda la Tierra)” dice Raquel González.
Por otra parte, los centinelas están continuamente observando la Tierra y Sentinel-3 concretamente podrá detectar crecidas de nivel de mar ante Tsunamis u otros cambios. Se mejorará por tanto la predicción de catástrofes naturales.