Trípoli.- Un total de 103 personas murieron ayer al estrellarse un A330-200 de la compañía libia Afriqiyah Airways procedente de Johannesburgo cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Trípoli. En la catástrofe, ha habido sólo un superviviente: un niño de ocho años de nacionalidad holandesa.
Todos los miembros de la tripulación eran de nacionalidad libia. La mayoría de los pasajeros del vuelo 8U771eran holandeses. Según la Federación Holandesa de Turismo, eran un total de 62 (61 muertos y un superviviente).
Las condiciones meteorológicas eran buenas y se desconocen las causas del siniestro. «El avión ha explotado cuando aterrizaba. Se ha desintegrado totalmente», señalaron fuentes de los servicios de seguridad del aeropuerto de Trípoli.
El A330-200 fue construido en 2009 y acumulaba 1.600 horas de vuelo, según comunicó el constructor aeronáutico europeo Airbus, que se ha comprometido con las autoridades libias a proporcionar asistencia técnica completa en la investigación sobre el accidente.
La cadena de televisión Al-Arabiya mostró en un reportaje las cajas negras de vuelo halladas entre los fragmentos del avión siniestrado en las inmediaciones del aeropuerto de Trípoli.
El ministro libio de Transporte, Mohamed Zidane, ha descartado la hipótesis de que fuera un atentado terrorista.