Madrid.- En 2011 International Airlines Group (IAG), resultante de la fusión de Iberia y British Airways, obtuvo unos beneficios operativos de 485 millones de euros, duplicando el resultado del año anterior, según anunció ayer su presidente, Antonio Vázquez, ante la junta de accionistas.
“Hoy en día, ambas compañías generan unos ingresos conjuntos de 16.300 millones de euros, cuentan con una flota de 349 aviones, vuelan a más de 200 destinos y el año pasado transportaron 52 millones de pasajeros. La fusión, que ha significado tener un mayor tamaño y presencia en los mercados internacionales, generará sinergias superiores a los 500 millones de euros anuales en el año 2015. A su vez, nos ha permitido tener un papel protagonista en el proceso de consolidación y transformación del negocio aéreo mundial”, añadió.
Tras apuntar que “la industria aérea enfrenta uno de los períodos más desafiantes de su historia”, Vázquez recordó que “la IATA ha rebajado un 14% su pronóstico de rentabilidad para las aerolíneas en 2012, pasando de 3.500 a 3.000 millones de dólares. La expectativa de un empeoramiento de la situación económica en Europa ha dado lugar a una débil demanda de transporte aéreo. Como resultado de una profundización de la crisis en la zona euro, IATA pronostica que este año las aerolíneas europeas registrarán pérdidas por valor de 1.100 millones de dólares, cerca del doble de lo previsto en el mes de marzo”.
El presidente de IAG se refirió a “la evolución del precio del combustible que en los últimos 14 meses su valor se ha mantenido sostenidamente por encima de los 100 dólares el barril, llegando a representar más de un tercio de los costes de operación de las aerolíneas” para apuntar a otros desafíos: “Desafortunadamente, la industria aérea no sólo se enfrenta a las dificultades del alto precio del combustible y a la desaceleración económica mundial. Existen otros desafíos serios en el medio y largo plazo. Nuestro sector ha sido permanentemente criticado por los ecologistas. Tanto que en repetidas ocasiones se nos ha dicho que somos uno de los mayores contribuyentes individuales al calentamiento global, si no el mayor. Pero los hechos demuestran una realidad diferente. En 2010, la aviación mundial generó 649 millones de toneladas de dióxido de carbono. Esto equivale al 2% del total de emisiones producidas por el ser humano. IAG ha liderado el camino en la defensa de un sistema que limite y reduzca las emisiones de CO2 y creemos firmemente que el “Comercio de Emisiones” es el mecanismo más efectivo para disminuir los niveles de CO2 generados por la industria. Sin embargo, existe un riesgo real de que el esquema establecido unilateralmente por la Unión Europea desate una guerra comercial. Nuestras preocupaciones se deben a que países que no forman parte de la Unión Europea han amenazado con adoptar represalias como forma de protesta contra este esquema”.
“En momentos en que la economía europea se encuentra bajo una presión severa, esta dinámica sin duda pone en riesgo miles de empleos y millones de euros de ingresos vitales para nuestro sector”, señaló Vázquez. “La aviación es una industria global y como tal requiere una solución global. Por ello es necesario establecer un esquema que cuente con el apoyo de todas las regiones del mundo. La forma más efectiva de lograrlo es a través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), dependiente de Naciones Unidas”, concluyó.