Nueva York.- Como ocurrió diez días antes con el transbordador espacial Discovery, el Enterprise, el único que nunca viajó al espacio, llegó el pasado viernes acoplado a un B 747 de la Nasa al aeropuerto JFK de Nueva York procedente de Washington para su traslado a su futura residencia, el portaaviones Intrepid.
Antes de su aterrizaje en el aeropuerto JFK, el transbordador, a lomos del B 747, sobrevoló Mannhattan, la estatua de la Libertad y otros monumentos importantes de la ciudad de Nueva York.
El Enterprise había sido exhibido en el Instituto Smithsoniano de Washington pero pronto terminará en el Intrepid. Pero antes permanecerá durante varias semanas en el aeropuerto JFK hasta que sea desacoplado del B 747 que lo llevó a Nueva York. A principios de junio será colocado en una barcaza y transportado por el río Hudson hasta el Intrepid, donde reposará en la cubierta, siendo completado su entorno por un pabellón. Quedará expuesto al público a mediados de julio.
El Enterprise llega a Nueva York como parte del plan de la Nasa de concluir el programa de los transbordadores, terminado oficialmente a mediados del año pasado. Tras permanecer varios años en el Instituto Smithsoniano, su lugar ha sido ocupado por el transbordador Discovery, que llegó al mismo hace diez días. El Endeavor irá a Los Angeles y el Atlantis se quedará en el Centro Espacial Kennedy de la Florida.
Aunque el Enterprise nunca viajó al espacio, abrió el camino para que otras aeronaves lo hicieran. En efecto, este transbordador sólo fue utilizado para prácticas dentro de la atmósfera de la tierra en la fase inicial del programa de transbordadores. Desde su retiro en 1985 se exhibía en el Museo Nacional del Aire y del Espacio Steven F. Udvar-Hazy de la Nasa en Virginia, perteneciente a los muesos de la Institución Smithsoniana, el complejo cultural más grande del mundo.
El Enterprise fue el primer transbordador construido para la Nasa. Inicialmente se construyó sin motores ni escudo térmico y, en consecuencia, no tenía capacidad de realizar misiones espaciales sin un reacondicionamiento previo. Iba a ser el segundo transbordador espacial en volar después del Columbia, aun cuando fue construido con anterioridad, pero la decisión en 1978 de no modificar el Enterprise con su configuración para pruebas de aproximación y aterrizaje, dejó al Columbia como único vehículo orbital operativo. Así el Enterprise se consolidó como vehículo de pruebas, cumpliendo varias misiones en las que fue lanzado desde un avión permitiendo obtener datos sobre aerodinámica y construcción.