Moscú.- Al menos cinco personas murieron ayer y otras 21 resultaron heridas tras el aterrizaje de emergencia realizado por un avión An-24 de la compañía aérea Angara en las aguas del río Ob, a 63 kilómetros de Nizhnevártovsk (Siberia Occidental), informó el portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Vladímir Markin.
“A bordo de la aeronave se encontraban 33 personas, cinco de ellas murieron y otras cuatro se encuentran en estado grave”, señaló Markin en declaraciones a la agencia rusa RIA Novosti.
Veintiuno de los ocupantes del An-24 fueron trasladados al hospital central de la localidad de Strezhevói (provincia de Tomsk), según revelaron fuentes del centro médico.
“Hay muchos hospitalizados, 21 personas, que presentan heridas de diversa consideración. En estos momentos, están siendo atendidos por el personal del centro”, comunicaron estas fuentes.
El incidente ocurrió a las 8:55 hora de Moscú (4:55 GMT), después de que se detectase un incendio en el motor izquierdo del avión, lo que obligó a los pilotos a decidir un aterrizaje forzoso.
El An-24, cubría la ruta entre Tomsk y Surgut con 32 pasajeros y cuatro tripulantes a bordo.
Al lugar de los hechos de desplazaron varios equipos de emergencia desde Nizhnevártovsk, así como investigadores y expertos de la policía científica encargados de esclarecer las circunstancias del suceso.
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, al tener conocimiento del accidente, declaró que “los aviones AN-24 deben ser suspendidos por su falta de seguridad, al igual que después del accidente ocurrido el 20 de junio, de un Tu-134, cerca de Petrozavodsk, propuso la prohibición de los vuelos de este tipo de aviones ya obsoletos.