Bruselas.– La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha ordenado a las compañías aéreas que realicen una nueva inspección de los motores fabricados por Rolls-Royce para los Airbus-380, tras determinar que una fuga de carburante fue la causa del incendio en uno de los propulsores del ‘superjumbo’ de Qantas que la semana pasada tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Singapur.
Según ha determinado la Agencia a través de una directiva de aeronavegabilidad (AD) emitida el miércoles, las aerolíneas que usen los Trent 900 construidos por la empresa británica deberán realizar «repetidas inspecciones» en su flota de A380 antes de despegar.
En relación a este incidente, la EASA determinó que «un incendio de hidrocarburos en una cavidad de la estructura del motor pudo ser la causa del fallo de la turbina de presión intermedia del disco», confirmando así la hipótesis del escape de combustible.
En un comunicado, los investigadores de la agencia europea señalaron que un incendio de combustible precedió a la desintegración de la turbina Rolls Royce Trent 900 del jumbo de la línea aérea australiana.
La EASA está contribuyendo activamente a clarificar la situación creada tras el incidente registrado en el A380 de Qantas mientras volaba entre Singapur y Sidney. La Agencia ha enviado ya a expertos a Singapur para colaborar en la investigación del incidente.
Según su competencia legal, la EASA revisará con todas las partes implicadas en el incidente, incluyendo el constructor aeronáutico Airbus y el de los motores, Rolls Toyce, el operador aéreo australiano Qantas, así como todos los responsables afectados por el caso y las autoridades locales.