Barcelona.- Los estudiantes del equipo Terrassa Rocket Team de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Industrial y Aeronáutica de Terrassa (ETSEIAT) de la UPC han ganado el concurso de fabricación y lanzamiento de cohetes All You Can Fly, organizado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), con un diseño que llega a una velocidad punta de 1.468 km/h.
El trabajo intenso de tres meses se puso a prueba en unos pocos segundos el día 9 de abril en el aeródromo de Corral de Allyón (Segovia).Eran las 9 de la mañana. Hacía frío y el viento soplaba con ráfagas de entre 30 y 40 km/h. El equipo terminaba los últimos detalles del cohete que habían diseñado para participar en la modalidad Battle of Rockets del concurso All You Can Fly, que organiza el Laboratorio para Experimentación en Espacio y Microgravedad y la UPM.
Al fin llegó el momento. El Blue Thunder -nombre con el que se había bautizado al cohete- fue colocado en la rampa de lanzamiento. Empieza la cuenta atrás y en un abrir y cerrar de ojos se produce la ignición y el cohete se eleva como una exhalación hacia el cielo. Todo va según lo previsto. Al llegar a la máxima altura, un dispositivo despliega el paracaídas y el “Trueno Azul” aterriza sin complicaciones. Máxima expectación. El jurado examina el altímetro que lleva incorporado el cohete de la ETSEIAT e informa de que ha recorrido un total de 4.062 pies (1.413 metros) en 12,45 segundos, y que lo ha hecho a una velocidad máxima de 1.468 km/h (1,2 mach), rompiendo la barrera del sonido. La alegría entre los componentes del equipo se dispara. Ningún equipo ha podido hacerlo mejor y, por lo tanto, han ganado el concurso. Misión cumplida.
éste es relato del hito que han conseguido los ocho estudiantes de la ETSEIAT de la UPC con la construcción de un cohete que ha roto la barrera del sonido. El Blue Thunder mide 90 centímetros, pesa 700 gramos sin combustible y 900 con combustible, y su motor, que era el mismo para todos los participantes, lo impulsa a 321 newton-segundo. Está construido con fibra de carbono, aluminio y madera de balsa, muy ligera e idónea para generar inercia entre las fibras de los materiales compuestos. Según los componentes del Terrassa Rocket Team, el secreto del triunfo en Madrid es «haber realizado un trabajo con rigor, con los cálculos perfectos pensando siempre en un cohete resistente, ligero, estable y robusto».
De hecho, una de las claves del éxito ha sido trabajar el tema de la aeroelasticidad, porque un vehículo de este tipo a velocidades muy altas puede generar el fenómeno denominado flameo, que consiste en la vibración de la estructura a la frecuencia natural amplificada desde las aletas hasta la totalidad del cohete. De este modo, las resonancias del material afectan completamente al cohete y éste acaba por romperse en pleno vuelo. Por eso, los estudiantes del Campus de la UPC en Terrassa han reducido la medida de las aletas del cohete y lo han diseñado con cuatro aletas en lugar de tres, configuración que les ha permitido reducir su resistencia aerodinámica, manteniendo la estabilidad y evitando ese posible fenómeno.
Por su parte, el equipo We Cansat de la ETSEIAT, miembro de la misma asociación, ha conseguido el tercer lugar en la modalidad Cansat-Comeback del mismo concurso All You Can Fly. Los miembros de We Cansat han construido un satélite: un dispositivo de la medida de una lata de refresco que, tras elevarse dentro de un cohete, despliega un parapente y, gracias a un sistema inteligente diseñado por los estudiantes, tiene que aterrizar lo más cerca posible de una diana situada en el suelo. Cansat está fabricado con una estructura de aluminio y fibra de carbono con un fuselaje de fibra de cristal para proteger el mecanismo.