Madrid.- La región del polo sur de la Luna, plagada de oscuros cráteres y de afiladas crestas, es el objetivo del próximo paso de Europa en la exploración espacial, una de las metas de las futuras misiones tripuladas a nuestro satélite.
Europa está diseñando una misión robótica para preparar el camino para los futuros astronautas. Este precursor será el primer vehículo europeo en posarse sobre la Luna y el primero de la historia en estudiar los alrededores del polo sur. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha pedido a la industria propuestas para esta primera misión de alunizaje.
El vehículo de alunizaje de la ESA preparará el camino para la futura exploración humana de la Luna. La misión está definida por dos requisitos principales:
-La utilización de la tecnología de navegación más avanzada para poder seguir con precisión la trayectoria que lo llevará desde la órbita lunar hasta la superficie, permitiéndole realizar un alunizaje seguro y preciso. Durante el descenso, el vehículo tomará imágenes de la superficie y deberá ser capaz de reconocer de forma autónoma aquellas características del terreno que puedan suponer un riesgo para el alunizaje, con la única ayuda de su propia ‘inteligencia’.
-El vehículo de alunizaje tendrá que investigar esta insólita región con el conjunto de instrumentos que lleve a bordo. Durante su misión, investigará las propiedades de la radiación y del polvo lunar, así como sus posibles efectos sobre la salud de los futuros astronautas. También examinará el terreno en busca de indicios de recursos naturales que pudieran ser utilizados por los astronautas durante la exploración del terreno.
Varios equipos industriales europeos ya han comenzado a estudiar distintas opciones y diseños para esta misión. El próximo paso es el conocido como la ‘Fase-B1’, durante la que se madurará el diseño del vehículo y de la misión y se analizarán en detalle los requisitos para el aterrizaje y para las operaciones del vehículo en zonas concretas de la región meridional de la Luna.
Durante esta fase, que comenzará este verano y que tendrá una duración estimada de 18 meses, el vehículo de alunizaje evolucionará desde un diseño conceptual hasta una realidad material. El objetivo es estar listos para el lanzamiento a finales de esta década.
La participación de la industria y de los centros de investigación europeos es fundamental para definir con detalle los objetivos de la misión y para identificar qué instrumentos científicos serán necesarios para alcanzarlos. Como muestra del interés creado, la solicitud de propuestas anunciada en 2009 ya ha recibido más de 200 respuestas.