Washington.- La Administración Federal de Aviación (FAA) norteamericana ha convocado al trabajo a 1.700 inspectores de seguridad e ingenieros en paro mientras se prolonga ya por un mes el cese de operaciones del Gobierno de los EEUU.
El anuncio se produjo a raíz de que los sindicatos representantes de los inspectores de la seguridad en la aviación y de los controladores del tráfico aéreo despertaron inquietudes en torno a que la prolongada parálisis estuviera afectando la seguridad del sistema nacional de aviación civil.
Se trata de uno de los mayores cambios implementados por la FAA en respuesta a la necesidad de mantener un servicio esencial desde que el mes pasado se inició el paro de la Administración norteamericana.
Con el nuevo plan, la FAA pondrá a trabajar sin sueldo a más de 3.000 funcionarios considerados esenciales. Según el plan original del cese de operaciones, sólo se consideraban esenciales 216 puestos de seguridad en la aviación. Con el plan revisado, un total aproximado de 14.000 de los 45.000 empleados de la FAA seguirán sin trabajar.
Un portavoz de la FAA dijo este martes que está pidiendo a los inspectores de seguridad e ingenieros que vuelvan a trabajar para garantizar la seguridad operativa continua de todo el espacio aéreo nacional. "Llevamos a cabo proactivamente la evaluación de riesgos y hemos determinado que después de casi un mes es necesario convocar a los inspectores e ingenieros".
La certificación por la FAA de aeronaves como el Boeing MAX y la aprobación de nuevas rutas como el lanzamiento de Southwest Airlines a Hawaii están a la espera. Southwest confirmó el lunes que sus planes para lanzar el servicio a Hawái a principios de este año quedaron en suspenso debido a que los técnicos de la FAA que supervisan el proceso de autorización de rutas están en paro administrativo.
La Asociación de Viajes de EEUU estimó este martes que el impacto estimado del cierre parcial de la Administración norteamericana en los viajes en el país es de 100 millones de dólares diarios para la economía.