Galway.– Los científicos del proyecto ROCSAFE, financiado con fondos europeos, están desarrollando estrategias y tecnologías que automatizarán la recogida de pruebas relacionadas con sustancias y explosivos químicos, biológicos, radiológicos y nucleares (SEQBRN) empleando vehículos robóticos aéreos (RAV) y terrestres (RGV) controlados a distancia.
El proyecto ROCSAFE (Remotely Operated CBRNe Scene Assessment Forensic Examination) está liderado por la Universidad Nacional de Irlanda en Galway y agrupa a varios expertos de los sectores público y privado, incluidas las fuerzas armadas de Irlanda. El profesor de esa Universidad, Michael Madden, coordinador del proyecto comentó en declaraciones a la revista ‘Horizon’: “Ante situaciones de peligro, enviaremos robots y no personas. El objetivo es mejorar la seguridad de los investigadores forenses”.
Según el Servicio de Información Comunitario, los riesgos relacionados con sustancias SEQBRN se encuentran entre las principales amenazas para la seguridad. Los accidentes o ataques provocados por estos agentes pueden ser muy peligrosos para las personas. Además, podrían obstaculizar y poner en riesgo las investigaciones forenses posteriores.
Para abordar las dificultades derivadas de la investigación de estos percances, los científicos del proyecto ROCSAFE, según el medio de comunicación irlandés ‘TheJournal.ie’, han realizado recientemente una prueba para evaluar cómo el personal de intervención inmediata, los equipos de emergencias y los especialistas forenses responderían a ataques con ‘bombas sucias’.
Las ‘bombas sucias’ son artefactos explosivos que combinan residuos radiactivos con explosivos convencionales y que podrían contaminar un área y provocar muertes, lesiones, daños materiales, desordenes sociales y económicos o deterioro medioambiental.
El objetivo principal del proyecto es cambiar en esencia cómo se abordan las amenazas de SEQBRN a fin de “garantizar la seguridad de los investigadores forenses al reducir la necesidad de que accedan a escenarios de alto riesgo para determinar la naturaleza de la amenaza y recopilar pruebas forenses”.
Los RAV -equipados con cámaras y sistemas de sensores miniaturizados para detectar amenazas radiológicas, nucleares, químicas y biológicas- evaluarán la escena. Todas las imágenes y los datos se transmitirán a un centro de operaciones empleando un programa de gestión centralizada de decisiones. Los datos se analizarán y visualizarán en ‘una interfaz sofisticada e intuitiva con mapas y vídeos, que muestra los resultados del análisis y proporciona un contexto geográfico para las interpretaciones. Esto permitirá al jefe del operativo evaluar la naturaleza de la amenaza, elaborar un plan de acción y un plan de reconocimiento, recogida y preservación de pruebas, respaldados según sea necesario por el programa de gestión centralizada de decisiones.
Los RAV están diseñados a prueba de lluvia y viento y para hacer frente a obstáculos y terrenos difíciles.