Madrid.- El presidente-consejero delegado de Aena, José Manuel Vargas Gómez, está seguro de que cuando salga a Bolsa, la empresa que preside valdrá más que lo que valía cuando él llegó a su presidencia, según anunció ayer durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Senado.
“Los inversores privados que formarán parte de su capital cuando concluya la privatización la han valorado en cerca de 8.000 millones de euros. Conoceremos su valor real cuando salga al mercado, pero lo que puedo decir con seguridad es que, va a superar las valoraciones que me encontré en la compañía cuando llegué”, dijo Vargas.
Según la propia valoración que los responsables de Aena comunicaron al Consejo Consultivo de Privatizaciones (CCP), basándose en los estudios de los coordinadores globales de la colocación de acciones en la OPV, la empresa pública a privatizar tenía un valor que oscilaba entre 6.225 y 8.025 millones de euros, tal como consta en el dictamen fechado el pasado 24 de octubre.
Vargas llegó a Aena en enero de 2012. Poco después de su llegada, la ministra de Fomento, Ana Pastor, se quejaba también ante el Senado de cómo la empresa pública gestora de los aeropuertos se había devaluado desde los 30.000 millones de euros en 2007 a los 18.000 millones de entonces. Una cantidad muy sensiblemente superior a la que ahora estiman los estudios de los colocadores de acciones.
Tampoco parece que las estadísticas de operaciones y tráfico de pasajeros en los aeropuertos de Aena avalen las categóricas afirmaciones de su actual presidente. Al 31 de octubre de 2014 -con un récord de llegada de turistas en los diez primeros meses del año que hoy mismo cifra el Ministerio de Industria en 58,3 millones-, el número de pasajeros registrado por la gestora aeroportuaria en los ese priodo fue de 171 millones y el número de operaciones millón y medio. En la misma fecha de tres años antes, el volumen de pasajeros en los aeropuertos españoles fue de 7,5 millones más y el número de operaciones, de casi 300.000 más.
También es verdad, según recuerdan los empleados de la empresa, que cuando Vargas llegó Aena tenía unos 1.200 trabajadores más, que él decidió que causaran “baja voluntaria”.