Washington.- Cuatro azafatas de la compañía Alaska Airlines han demandado al constructor aeronáutico norteamericano Boeing por los gases tóxicos que se filtraron en la cabina de un 737 de la aerolínea y que provocó el desvanecimiento de tres de ellas.
Según ha hecho público el canal CBS News, las azafatas alegan que Boeing conoce desde hace décadas el problema de la filtración de gases tóxicos en la cabina de pasajeros. "Sabemos que Boeing está al tanto de este problema desde comienzos de los años 50", señaló Rainey Booth, el abogado de las azafatas. "Boeing sabe que hay accidentes con gases, saben que los contaminantes entran a la cabina”, añadió.
Vanessa Woods, una de las azafatas denunciantes, comentó el incidente sufrido por ella y otras dos azafatas del vuelo 769 de Alaska Airlines cuando un fuerte olor penetró en la cabina del avión: "Sentí que me moría”, dijo.
La emisora norteamericana indica que actualmente casi todos los aviones comerciales utilizan el aire fresco que entra a la cabina desde los motores a través de un acondicionador de aire. En caso de que el sello de uno de los motores falle, el aceite y otras partículas potencialmente tóxicas pueden ser liberados hacia el interior del avión.
Boeing no quiso hacer comentarios sobre la demanda, pero en un comunicado aclaró: "Basándose en una amplia investigación, se puede concluir que] el aire de la cabina es seguro para respirar, los niveles de contaminantes son generalmente bajos y se cumplen con las normas de salud y seguridad".
Pero los abogados de las azafatas denunciantes, entre los documentos adjuntados a la demanda, aportan un correo electrónico de un empleado de Boeing fechado en 2007 que, a propósito del tema, dice: "Creo que estamos buscando una lápida sepulcral antes de que alguien con poder se interese en el asunto".
La FAA norteamericana se ha pronunciado en el sentido de que el aire de la cabina es seguro, pero le preocupa que ciertos fallos mecánicos pudieran introducir elementos contaminantes en el aire de la cabina, lo que no es posible que ocurra con el nuevo avión B 787.