Washinton.- La sonda Messenger (Mercury Surface, Space Enviroment, Geochimestry and Ranging) de la Nasa se estrelló ayer, como estaba anunciado contra la superficie de Mercurio ocasionando un cráter de unos 16 metros y poniendo fin a una misión histórica que ha contribuido a conocer mejor uno de los planetas más difíciles de investigar.
El impacto previsto se produjo cuando la sonda se quedó sin combustible y a una velocidad de unos 14.00 kilómetros por hora tras haber completado 4.104 órbitas alrededor del planeta, según informó la Nasa.
Messenger, una misión de 450 millones de dólares, fue lanzada en agosto de 2004 y en 2011 se convirtió en la primera sonda en orbitar alrededor de Mercurio -el planeta más lejano de la Tierra, el más cercano al Sol, ubicado a 57,9 millones de kilómetros de éste y el más pequeño de los ocho del Sistema Solar- después de haber estado orbitando al planeta desde marzo de 2011.
En el transcurso de su misión la sonda ha tomado más de 250.000 fotografías y recopilado grandes cantidades de información sobre la composición de la atmósfera, la superficie (ha permitido crear el primer mapa completo del planeta) y el comportamiento del campo magnético de Mercurio. Asimismo, ha hallado indicios de agua helada y materia orgánica en los polos del planeta más cercano al Sol.
El espectrómetro Mascs a bordo de la Messenger fue diseñado para estudiar tanto la exosfera como la superficie del planeta Mercurio. Para aprender más acerca de los minerales y los procesos de su superficie, el espectrómetro visual e infrarrojo ha estado recogiendo diligentemente pistas individuales de mediciones espectrales de la superficie desde que entró en la órbita de Mercurio, el 17 de marzo de 2011.
Entre otros grandes descubrimientos, Messenger determinó la composición de la superficie de Mercurio, reveló su historia geológica, descubrió que su campo magnético interno está desviado del centro del planeta y certificó que sus depósitos polares son sobre todo agua helada.