Moscú.- El Centro de Control de Misión ruso, que ayer perdió el contacto con la nave Progress M-27M, poco después de ser lanzada a bordo del cohete Soyuz 2-1A, hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) la ha dado hoy por perdida y descarta que pueda llegar a su destino ya que se vuela fuera de control.
El carguero comenzó un gradual descenso no controlado desde la órbita, informó a RIA Novosti una fuente del sector espacial. "Como no se logró hacer funcionar los motores y realizar una maniobra de corrección, el carguero comenzó a descender desde la órbita. En 24 horas la nave perdió decenas de metros de altura", añadió la fuente.
Los problemas en la Progress surgieron poco después de su lanzamiento, cuando al separarse de la tercera fase del cohete una vez estaba llegando al espacio, al parecer no se desplegaron unas antenas que ayudarían en el control de navegación de la nave en su ruta hacia la ISS. Se apuntó a un posible fallo de sincronización en el propulsor de la tercera fase del cohete como la causa de que la nave espacial hubiera sido puesta en una órbita superior a la prevista.
Debido a ello los servicios terrestres habrían perdido el control de la Progress que gira alrededor de la Tierra y está previsto que dentro de una semana entre en las capas densas de la atmósfera en las que se desintegraría. Durante toda la jornada del martes y la pasada noche, los técnicos del Centro de Control de Misión realizaron varios intentos de establecer contacto con la nave, pero todos fracasaron.
Con este fracaso se frustra el aprovisionamiento de las 2,5 toneladas de carga de combustible, oxígeno, alimentos, equipos científicos y paquetes postales para los tripulantes de la ISS, que la Progress M-27M transportaba. Pero en el observatorio orbital actualmente hay suficientes suministros y comida para sus seis tripulantes como para poder salvar el presente contratiempo y esperar un nuevo correo con más éxito.