Kourou.– El nuevo satélite del programa Copérnico de la Comisión Europea, el Sentinel-2A ha llegado a la Guayana Francesa, desde donde será lanzado el próximo día 12 de junio a bordo de un cohete Vega. El satélite está equipado con una cámara multiespectral que ofrecerá una nueva forma de ver nuestro planeta y su vegetación.
El avión de carga Antonov que traía al satélite desde Alemania aterrizó en el aeropuerto de Cayena el martes de la semana pasada, bajo un fuerte aguacero tropical. El satélite viajaba protegido en el interior de un contenedor especial con aire acondicionado y acompañado por otros tres contenedores con equipos auxiliares. El cargamento fue trasladado por carretera hasta el Puerto Espacial Europeo en Kourou, a unos 60 kilómetros del aeropuerto.
Tras entrar en la sala limpia, el satélite pasó la noche en el interior de su contenedor para aclimatarse a su nuevo entorno.
Sentinel-2A proporcionará ‘visión en color’ para el programa europeo de monitorización medioambiental Copérnico, combinando por primera vez nuevas capacidades multiespectrales con una alta resolución. Gracias a su huella de 290 kilómetros de ancho y a sus frecuentes revisitas, Sentinel-2 permitirá estudiar cómo cambia la superficie de nuestro planeta con unos niveles de detalle y precisión sin precedentes.
La información recogida por esta misión nos ayudará a comprender mejor las prácticas agrícolas y forestales, y a gestionar la seguridad alimentaria. Sus imágenes permitirán obtener datos clave sobre las plantas, tales como su contenido de agua y clorofila, haciendo posible predecir las cosechas con precisión.
Además de monitorizar el crecimiento de las plantas, esta misión también analizará cómo cambia la cubierta del terreno y cómo evolucionan los bosques de nuestro planeta, y medirá los niveles de contaminación en los lagos y en las aguas costeras.
Sentinel-2A también fotografiará las zonas afectadas por las inundaciones, las erupciones volcánicas y los corrimientos de tierra para contribuir a las labores de ayuda humanitaria y evaluar el alcance de los desastres naturales.
La semana pasada se abrió el contenedor, se instaló el satélite sobre su soporte y se conectó a los ‘equipos de apoyo en tierra’, fundamentales para realizar las últimas pruebas antes del lanzamiento.