Madrid.- Más de la mitad de los descubrimientos actuales realizados con el telescopio espacial Hubble, de la Nasa y la ESA, que hoy cumple 25 años, se basan en las casi 1,2 millones de observaciones almacenadas en la biblioteca astronómica del Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Madrid.
Se trata del telescopio más productivo de la historia de la astronomía y el que mejor ha mostrado al público la inmensidad del cosmos. Los astrónomos del telescopio espacial Hubble desearon ayer larga vida al Hubble y explicaron que el ESAC alberga los equipos científicos de todas las misiones de astronomía y de exploración del Sistema Solar de la ESA y es por tanto uno de los focos de la astronomía mundial.
Más de un centenar de los científicos del ESAC se reunieron ayer para rememorar, entre espectaculares imágenes, “lo mucho que el Hubble ha cambiado nuestra visión del universo en el último cuarto de siglo”, dijo el astrónomo de la ESA Pedro García Lario.
Desde la decepción de una primera luz que reveló graves fallos en la óptica, hasta la situación actual con el Hubble “en perfecto estado”, García Lario repasó las vicisitudes del proyecto y resaltó el importante papel de Europa. Además de aportar elementos esenciales para el telescopio la ESA contribuye con el 15% de su mantenimiento; a cambio, los astrónomos europeos tienen garantizado un 15% del tiempo de observación del telescopio pero “conseguimos más” -dijo García Lario- porque en la asignación competitiva de tiempo los proyectos de investigación europeos obtienen muy buena valoración.
La ESA hace además otra aportación clave a la misión del Hubble: custodiar sus archivos, y ponerlos a disposición de la comunidad astronómica mundial. La labor se lleva a cabo en ESAC, “la biblioteca del universo”, según metáfora de su responsable, Christophe Arviset. “En ESAC se almacenan las observaciones de todas las misiones científicas de la ESA”, explicó Arviset.
En 2011, uno de los tres archivos del Hubble se trasladó también a ESAC, que alberga ahora las casi 1,2 millones de observaciones realizadas a lo largo de la vida del telescopio. Es un “tesoro astronómico” que crece mensualmente en 2.300 nuevas observaciones, y ocupa 90.000 gigabytes. Cada mes, unos 200 usuarios de todas partes del mundo se descargan un terabyte de información.
El valor de esta biblioteca se mide en descubrimientos. Los análisis de las publicaciones científicas con datos del Hubble revelan que el 60% de estos trabajos se basan hoy no en observaciones nuevas, sino en datos del archivo.
“Ahora esperamos que Hubble siga operativo más allá de 2020 para que pueda trabajar conjuntamente con su sucesor, el James Webb Space Telescope (JWST)”, explicó García Lario. El JWST -también una colaboración Nasa/ESA- será “una máquina del tiempo” que permitirá retroceder hasta cuando el universo tenía solo unos 200 millones de años.
El Hubble ya ha permitido retroceder hasta unos 500 millones de años después del big bang, y ha fotografiado las que probablemente son las primeras poblaciones de galaxias en el universo, recordó Miguel Mas, astrónomo del Centro de Astrobiológía (CAB), con instalaciones en ESAC. “El Hubble ha contribuido a descubrir fenómenos que ni siquiera imaginábamos antes de lanzarlo” dijo Más. Y puso ejemplos: que el universo se expande de forma acelerada, o que cuando se forman estrellas nuevas también se forman planetas. “El Hubble nos ha mostrado el nacimiento de nuevos mundos”, explicó Más.