Everett.- Los trabajadores de Boeing aprobaron ayer el acuerdo por el que renuncian a ciertos beneficios de pensión y servicios médicos con el fin de asegurar el ensamblaje del nuevo avión 777X en la región de Puget Sound.
El pasado 11 de noviembre, la mayoría de los 32.000 afiliados al sindicato de mecánicos y trabajadores aeronáuticos (IAM) de la región de Seattle rechazaron por un 67% el acuerdo que aseguraba la producción del nuevo avión 777X en las históricas instalaciones de Everett y Puget Sound.
La nueva oferta había dividido al sindicato y movió a algunos políticos a invocar la necesidad del acuerdo con la compañía en apoyo del futuro económico de la región. Boeing llegó incluso a estudiar la posibilidad de construir el 777X en otra parte, lo que hubiera podido provocar un éxodo de empleos del sector en el lugar donde la empresa nació. "Esta noche el estado de Washington ha asegurado su futuro como la capital de la industria aeroespacial del mundo", dijo el gobernador Jay Inslee.
Boeing se apresuró a alabar la extensión del contrato por ocho años y afirmó que según sus términos, el 777X y sus alas con tecnología de materiales compuestos se fabricarán en la zona de Puget Sound por empleados representados por el sindicato de mecánicos.
"Gracias a esta votación de nuestros empleados el futuro de Boeing en Puget Sound nunca ha sido más brillante", expresó el presidente de la división de aviones comerciales de Boeing, Ray Conner, en un comunicado. "Nos sentimos orgullosos de decir que juntos construiremos el próximo gran avión, el 777X, aquí. Esto coloca a nuestra fuerza de trabajo en la primera línea de la tecnología de materiales compuestos a la vez que mantiene miles de empleos locales a futuro".
El estado de Washington ha sido siempre el lugar natural para la construcción del 777X porque la mayor parte de la producción de Boeing está en la zona de Puget Sound. La constructora aeronáutica norteamericana ofreció mantener el ensamblaje del 777X en la región bajo la condición de que se extendieran todos los incentivos fiscales hasta 2040, por un lado, y, por otro, el acuerdo con el sindicato de mecánicos que separaría a los empleados de los planes tradicionales de pensión.
La Administración aprobó de inmediato el pasado mes de noviembre los beneficios fiscales, valorados en unos 9.000 millones de dólares, pero el sindicato de mecánicos rechazó el acuerdo que ahora ha aceptado con sustantivas mejoras económicas para los trabajadores.