La nueva misión Φsat-2 de la ESA, que se lanzará en las próximas semanas, ampliará los límites de la IA para la observación de la Tierra, demostrando el potencial transformador de la IA para la tecnología espacial.
Durante décadas, la observación de la Tierra ha proporcionado un caudal abundante de datos útiles para científicos, empresas y responsables de la formulación de políticas. Gracias a los nuevos satélites y a los sensores avanzados, la escala y la calidad de los datos de observación de la Tierra disponibles han aumentado exponencialmente en la última década.
La integración de la IA ha mejorado significativamente la observación de la Tierra. Las capacidades de la IA permiten procesar más datos de forma rápida y precisa, lo que ayuda a transformar grandes cantidades de datos sin procesar en información útil.
Como parte de una iniciativa para promover el desarrollo y la implementación de tecnologías innovadoras a bordo de misiones de observación de la Tierra, la ESA lanzó Фsat-1 en 2020. Fue el primer experimento de la ESA para demostrar cómo se puede utilizar la inteligencia artificial para la observación de la Tierra y allanó el camino para su sucesor: Φsat-2.
Φsat-2 es una misión dedicada a la IA que explorará plenamente los beneficios y capacidades de utilizar el procesamiento ampliado a bordo y demostrará aún más los beneficios de utilizar la IA para la observación innovadora de la Tierra. Con unas medidas de apenas 22 x 10 x 33 centímetros, el satélite Φsat-2 de la ESA está equipado con una cámara multiespectral y una potente computadora de inteligencia artificial que analiza y procesa imágenes en tiempo real, prometiendo ofrecer formas más inteligentes y eficientes de monitorizar nuestro planeta.
Con seis aplicaciones de inteligencia artificial ejecutándose a bordo, el satélite está diseñado para convertir imágenes en mapas, detectar nubes en las imágenes, clasificarlas y proporcionar información sobre la distribución de las nubes, detectar y clasificar embarcaciones, comprimir imágenes a bordo y reconstruirlas en el suelo reduciendo el tiempo de descarga, detectar anomalías en los ecosistemas marinos y detectar incendios forestales.
Nicola Melega, responsable técnico de Φsat-2 de la ESA, comentó que «Φsat-2 abrirá una nueva era de información en tiempo real desde el espacio y permitirá desarrollar, instalar y operar fácilmente aplicaciones de inteligencia artificial personalizadas en el satélite, incluso mientras está en órbita. Esta adaptabilidad maximiza el valor del satélite para científicos, empresas y gobiernos».
La misión Φsat-2 es un esfuerzo de colaboración entre la ESA y Open Cosmos, que actúa como contratista principal, con el apoyo de un consorcio industrial que incluye a Ubotica, GGI, CEiiA, GEO-K, KP-Labs y SIMERA. Está previsto que el Φsat-2, que comparte su viaje en órbita con el satélite meteorológico del Ártico de la ESA, despegue este mes en un Falcon 9 de SpaceX desde la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg, en California, en Estados Unidos.
Φsat-2 lleva un instrumento multiespectral que captura imágenes de la Tierra en siete bandas diferentes y, a través de sus aplicaciones de IA, es capaz de hacer muchas cosas que pueden proporcionar información útil sobre el terreno, entre ellas.