Turkish Airlines ha alcanzado un hito significativo en su estrategia de diversificación financiera al cerrar una operación de financiación estructurada en francos suizos (CHF) para un Airbus A350, utilizando por primera vez en su historia un instrumento de financiación islámica. El acuerdo, sellado con Dubai Islamic Bank (DIB), se articula mediante un contrato Ijarah —un tipo de arrendamiento financiero conforme a la sharia— y supone una ampliación sustancial en el abanico de herramientas financieras empleadas por la compañía nacional turca.
La operación, resultado de casi un año de preparación, se ha realizado en estrecha colaboración entre Turkish Airlines y DIB, el banco islámico más grande de los Emiratos Árabes Unidos y pionero en este tipo de financiación. La firma del acuerdo fue celebrada con una ceremonia en la sede central de la aerolínea en Estambul, en reconocimiento al carácter estratégico y simbólico de esta colaboración.
El presidente del Consejo de Administración y del Comité Ejecutivo de Turkish Airlines, Ahmet Bolat, destacó la relevancia del acuerdo asegurando que “esta transacción demuestra nuestro compromiso con la innovación financiera y el fortalecimiento de nuestra flota, al tiempo que marca un nuevo capítulo en nuestra cooperación con instituciones líderes de los Emiratos Árabes Unidos y la región del Golfo en general. Nos complace haber completado esta financiación histórica en colaboración con DIB y esperamos seguir desarrollando esta asociación en el futuro.”
Desde DIB, el director ejecutivo del grupo, Adnan Chilwan, subrayó la importancia de la operación tanto para el sector financiero como para la aviación internacional explicando que “la fuerza de cualquier alianza significativa reside en una ambición compartida, y esta colaboración con Turkish Airlines es un claro reflejo de ello. El hecho de que hayan elegido la financiación islámica por primera vez en su historia, supone un hito importante para nuestro sector, en cuya configuración nos enorgullece haber participado.”
La operación refuerza no solo la solidez financiera de Turkish Airlines, sino también su compromiso con el desarrollo de soluciones innovadoras, sostenibles e inclusivas a nivel global. Esta iniciativa se inscribe en una estrategia más amplia para diversificar las fuentes de financiación, mantener su competitividad internacional y fortalecer las relaciones institucionales con actores clave en la región del Golfo.
Además, la aerolínea continúa avanzando en su hoja de ruta hacia 2033 —año en que celebrará su centenario— con una política activa de expansión de flota y consolidación de su liderazgo en el panorama aeronáutico global. Este movimiento financiero, en consonancia con su posicionamiento internacional, refleja su capacidad de adaptación a las dinámicas del mercado y su apuesta por estructuras que aporten resiliencia, solidez y proyección de futuro.