El gobierno sueco ha anunciado la eliminación del impuesto a los vuelos a partir de julio de 2025, en una nueva medida que revierte las políticas ambientales implementadas por la administración anterior. El primer ministro Ulf Kristersson destacó, en una rueda de prensa, que este impuesto había sido un obstáculo para la competitividad del país.
«Si queremos garantizar buenas conexiones aéreas y mantener a Suecia como un centro internacional, no podemos discriminar el beneficio competitivo que tenemos,» afirmó Kristersson. «Esto está alineado tanto con la política climática a largo plazo como con la protección de las oportunidades de viaje en nuestro extenso país.»
El impuesto a los vuelos, introducido en 2018 por el gobierno anterior de coalición entre los Socialdemócratas y el Partido Verde, se estableció inicialmente a un nivel bajo, con la intención de aumentarlo progresivamente. Este año, el impuesto añade aproximadamente 76 coronas suecas (6,6 euros) al precio de un billete hacia Europa, 315 coronas (27,5 euros) para vuelos a Estados Unidos y 504 coronas (44,1 euros) para vuelos a Tailandia. Se esperaba que generara ingresos fiscales de alrededor de 1.800 millones de coronas suecas (157,6 millones de euros).
El grupo parlamentario de los Demócratas de Suecia, explicó, en redes sociales que «Suecia tiene hoy un impuesto a la aviación que la mayoría de los demás países de la UE no tienen, lo que crea una desventaja competitiva. Las empresas y las personas dependen de la aviación para poder transportarse en nuestro extenso país. Por tanto, es importante que se den a la industria de la aviación condiciones razonables para operar en Suecia». Esta decisión busca promover el tráfico aéreo en todo el país y mejorar la accesibilidad, lo que resultará en precios de billetes más bajos.