La nave espacial Solar Orbiter despegó con destino al Sol desde Cabo Cañaveral, en Florida, en la madrugada de este lunes y fue desplegada en el espacio por la etapa superior Centauro del cohete Atlas V 411 de United Launch Alliance (ULA) para la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Nasa.
La nave espacial pasará la próxima década haciendo órbitas en bucle alrededor del Sol y utilizando 10 instrumentos para observar la física solar con detalles sin precedentes. En la aproximación más cercana, Solar Orbiter estará a aproximadamente 42 millones de km del sol.
El mensaje de parámetros orbitales (OPM) indica una llegada exitosa a una buena órbita desde el tercer encendido de Centauro.
Solar Orbiter es una misión cooperativa internacional entre la ESA y la Nasa. El Centro de Ingeniería y Pruebas de la ESA (ESTEC) en los Países Bajos está gestionando el esfuerzo de desarrollo. Airbus desarrolló la nave espacial. El Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en Alemania opera Solar Orbiter tras su lanzamiento.
Ésta ha sido la 137 misión de ULA y la 82 para un cohete Atlas V y el sexto en la configuración 411.
La misión de la ESA revolucionará la comprensión de cómo el Sol crea y controla la burbuja gigante de plasma que rodea el Sistema Solar e influye en los planetas dentro de él.
La nave espacial construida en el Reino Unido se acercará al Sol cada cinco meses; en su aproximación más cercana, Solar Orbiter estará a solo 42 millones de kilómetros de distancia, más cerca que el planeta Mercurio. Durante estos tiempos, se colocará durante varios días sobre aproximadamente la misma región de la superficie del Sol, a medida que el Sol gira sobre su eje. Esto permitirá observaciones sin precedentes de la actividad magnética que se acumula en la atmósfera que puede conducir a erupciones y erupciones potentes.
La nave espacial utilizará maniobras de asistencia por gravedad en Venus para lograr su órbita operacional elíptica y más maniobras de vuelo para aumentar su inclinación a ver el Sol desde las Regiones Polares por primera vez en la historia.
Solar Orbiter tendrá que soportar temperaturas de más de 500°C, lo suficientemente calientes como para derretir el plomo. Su escudo térmico, con un recubrimiento llamado SolarBlack, se enfrentará continuamente al Sol, protegiendo los instrumentos sensibles detrás de él, algunos de los cuales aún requieren calentadores para mantenerlos calientes y a la temperatura óptima de funcionamiento.
“Esta misión pone de relieve la excelente posición de España en física solar y heliosférica y en desarrollo tecnológico para el espacio. Se trata de la primera vez en la que equipos españoles se hallan a la cabeza de dos instrumentos a bordo de una misión espacial, en este caso SO/PHI y EPD, coliderados respectivamente por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y por la Universidad de Alcalá”, señala José Carlos del Toro, investigador del IAA-CSIC que colidera SO/PHI.