El Sentinel-2C, el tercer satélite Sentinel-2 de Copernicus, ha llegado al puerto espacial europeo en la Guayana Francesa para despegar en el último cohete Vega en septiembre. Al igual que sus predecesores, el Sentinel-2C seguirá proporcionando datos de alta calidad para Copernicus, el componente de observación de la Tierra del Programa Espacial de la UE.
Tras su transporte por carretera desde las instalaciones de Airbus en Friedrichshafen hasta Bremen el 2 de julio, el Sentinel-2C fue enviado el 4 de julio a bordo del emblemático Canopée, el primer buque portacontenedores propulsado por velas. Tras un viaje de dos semanas, ya ha llegado sano y salvo y ahora se someterá a una serie de pruebas previas al lanzamiento para prepararlo para el despegue.
Constantin Mavrocordatos, director del proyecto Sentinel-2 en la ESA, afirmó que «estoy muy orgulloso del equipo de Sentinel-2. Su dedicación y flexibilidad nos permitieron adaptarnos a los espacios de lanzamiento disponibles y cumplir este hito crucial a tiempo. Sentinel-2 ha sido un gran éxito, dedicado a observar las zonas terrestres y costeras. Con Sentinel-2C, y más tarde Sentinel-2D, podremos servir a la comunidad de usuarios y a los científicos durante al menos otra década, proporcionándoles las herramientas para monitorear de cerca nuestro medio ambiente y ayudar a los responsables de la toma de decisiones a tomar medidas informadas”.
La misión Copernicus Sentinel-2 se basa en una constelación de dos satélites idénticos, Sentinel-2A (lanzado en 2015) y Sentinel-2B (lanzado en 2017), que vuelan en la misma órbita, pero separados 180 grados para optimizar la cobertura y el tiempo de revisita. El satélite lleva un generador de imágenes multiespectrales de alta resolución y generará imágenes ópticas desde la región visible hasta la región infrarroja de onda corta del espectro electromagnético. Desde su altitud de 786 kilómetros, el satélite proporcionará imágenes continuas en 13 bandas espectrales con resoluciones de 10, 20 y 60 metros y una anchura de banda excepcionalmente grande de 290 kilómetros.
Los datos recopilados por Sentinel-2 se utilizan actualmente para una amplia gama de aplicaciones, incluida la agricultura de precisión, la monitorización de la calidad del agua, la gestión de desastres naturales y la detección de emisiones de metano. Sentinel-2 proporciona información especialmente útil para la monitorización de ecosistemas naturales, ya que, por ejemplo, puede diferenciar entre varios tipos de vegetación y ofrece datos sobre variables biofísicas como el índice de área foliar, el contenido de clorofila de plomo y el contenido de agua de las hojas.
Una vez en órbita, Sentinel-2C reemplazará a su predecesor, Sentinel-2A, mientras que Sentinel-2D reemplazará posteriormente a Sentinel-2B. Junto con el satélite Sentinel-2 Next Generation, garantizarán la continuidad de los datos más allá de 2035.