El jefe del Estado Mayor de la Defensa de Rumanía, general Daniel Petrescu, dio orden de suspender las actividades de vuelo con el avión MiG-21 LanceR de la Fuerza Aérea, a partir del pasado viernes, y agilizar la compra de 32 aviones F-16.
La medida se tomó en vista de la importante incidencia de eventos y accidentes de aviación durante la operación de aeronaves MiG-21 LanceR, que resultaron en múltiples víctimas y aeronaves dañadas o destruidas, con el fin de mejorar la seguridad de la aviación y prevenir eventos y accidentes de aviación mediante la reducción los riesgos asociados a fallos técnicos.
Durante la suspensión de las actividades de vuelo con el avión MiG-21 LanceR, la Fuerza Aérea Rumana continuará ejecutando el Servicio de Combate de la Policía Aérea con el avión F-16, apoyado por el avión Aliado desplegado en Rumanía, dentro de la Policía Aérea mejorada (misión Air Policing) bajo el mando de la OTAN. Los sistemas de defensa basados en tierra también llevarán a cabo misiones de la Policía Aérea comandadas a nivel nacional, así como dentro del Sistema Integrado de Defensa Aérea y Defensa contra Misiles de la OTAN.
Al mismo tiempo, se han tomado medidas para agilizar la adquisición de los 32 aviones F-16 en Novegia, que serán dos escuadrones más próximamente. El proyecto de ley que aprueba esta adquisición ha pasado por la etapa de transparencia legislativa y está pendiente de aprobación. Será presentado al Parlamento rumano lo antes posible.
El recurso disponible de las aeronaves dentro de los tres escuadrones de aviones polivalentes F-16, que serán operados por la Fuerza Aérea, asegura su operación por un período de al menos 10 años. Los tres escuadrones tendrán una capacidad aérea operativa de transición a los aviones F-35, de quinta generación.