Ocho personas murieron el pasado sábado cuando el avión cisterna de la Armada rusa en que viajaban se estrelló en una zona montañosa del sur de Turquía, informó el Ministerio de Defensa de Rusia. Cinco ciudadanos rusos y tres turcos iban a bordo del anfibio Beriev BE-200, que se estrelló mientras intentaba aterrizar en la provincia Adana de Turquía cuando participaba en la lucha contra incendios.
Turquía ha combatido unos 300 incendios en los últimos 16 días en los que han muerto ocho personas más, han destruido bosques y hogares y provocado el desalojo de miles de personas. Un incendio forestal comenzó después de la caída de un relámpago en un bosque. Se envió un avión a la zona, pero se perdió comunicación y después se estrelló.
El Be-200 es una aeronave anfibia bimotor usada en Rusia y otros países para combatir incendios forestales. Es capaz de arrojar hasta 270 toneladas métricas de agua en varios viajes durante una misma misión.
Los incendios forestales en la región mediterránea de Turquía comenzaron a finales de julio y han calcinado miles de hectáreas de bosques, sobre todo en las provincias de Mugla y Antalya, a la orilla del mar. Los incendios iniciaron cuando todo el Mediterráneo sufría por una ola de calor prolongada.