Lockheed Martin, junto con socios de la industria y la Fuerza Aérea de EEUU, consiguió controlar un sistema aéreo no tripulado (UAS) desde la cabina de un caza de quinta generación durante el vuelo. Desde la base aérea de Nellis, Nevada, un piloto de F-22 Raptor utilizó con éxito una interfaz abierta en la cabina para enviar instrucciones de control a otro UAS aéreo.
«Este esfuerzo representa un avance significativo de Skunk Works en la capacidad de combate aéreo, donde aeronaves monoplaza controlan drones con interfaces simples e intuitivas en la cabina», dijo OJ Sanchez, vicepresidente y gerente general de Lockheed Martin Skunk Works. El piloto del F-22 utilizó una interfaz piloto-vehículo (PVI) para ordenar al dron que ejecutara un perfil de misión específico. La PVI representa un sistema flexible que proporciona capacidades listas para la integración en plataformas actuales y futuras.
Este evento demuestra las capacidades de colaboración entre humanos y máquinas y el futuro del combate aéreo hoy. Lockheed Martin lleva años centrada en el poder transformador de las operaciones autónomas y con inteligencia artificial en sistemas tripulados y no tripulados, con especial énfasis en la integración de drones autónomos con los F-22 y F-35.
Este vuelo de prueba y otras evaluaciones en curso son pasos cruciales para hacer realidad la visión de la Fuerza Aérea sobre su familia de sistemas. La colaboración entre humanos y máquinas mejora el conocimiento de la situación, la interoperabilidad, la capacidad de supervivencia y la flexibilidad, lo que proporciona una ventaja significativa a la Fuerza Aérea de EEUU. Al integrar el F-22 con otros sistemas avanzados, reforzamos las capacidades de nuestros combatientes y garantizamos la supremacía aérea estadounidense.
El enfoque proactivo de Lockheed Martin para construir, probar y mejorar las capacidades de colaboración de quinta generación está a la vanguardia de la innovación, demostrando el futuro del combate aéreo hoy.











