La nave de carga rusa Progress MS-21, que registró una fuga de carburante el pasado día 11 cuando estaba acoplada la Estación Espacial Internacional (ISS), abandonó ésta en la madrugada del sábado cargada de residuos para iniciar su regreso hacia la atmósfera terrestre donde se desintegró sobre el Océano Pacífico.
Según la agencia espacial rusa Roscosmos, las imágenes captadas por los cosmonautas rusos actualmente habitantes de la ISS no mostraban daños apreciables en la nave dañada.
El abandono del módulo Poisk de la ISS de la Progress MS-21 tenía una significación especial después de que perdiera refrigerante poco después de la llegada a la ISS de otra nave de carga rusa y a dos meses de distancia de que se detectara lo mismo en la nave tripulada Soyuz MS-22 que debería traer a la Tierra a dos cosmonautas rusos y uno norteamericano.
Eso motivó que la Nasa y Roscosmos tuvieran que acordar una solución de emergencia para el regreso de los tres astronautas. Al final, se acordó que la nave Soyuz MS-22 regresara a la Tierra sin tripulación. Roscosmos enviaría otra nave vacía este lunes precisamente para traer a los dos cosmonautas rusos y el astronauta norteamericano regresaría en una nave de EEUU con la próxima tripulación.
El envío de la nave rusa vacía hacia la ISS se retrasó, en principio, para el próximo día 10, según anunció Roscosmos.