Para impulsar el desarrollo de capacidades espaciales clave para EEUU, la Nasa está explorando la oportunidad de demostrar tecnología para elevar la órbita de una nave espacial a mayor altitud. Dos empresas estadounidenses, Cambrian Works de Reston, Virginia, y Katalyst Space Technologies de Flagstaff, Arizona, desarrollarán estudios de diseño conceptual para un posible impulso orbital para el Observatorio Neil Gehrels Swift de la agencia.
Desde su lanzamiento en 2004, la misión Swift de la Nasa ha liderado la flota de telescopios espaciales de la agencia en la investigación de los cambios en el universo de alta energía. La órbita baja terrestre de la nave espacial se ha ido desintegrando gradualmente, algo que ocurre con la mayoría de los satélites con el tiempo. Sin embargo, debido al reciente aumento de la actividad solar, Swift está experimentando una resistencia atmosférica adicional, lo que acelera su desintegración orbital. Esta órbita más baja representa una oportunidad para que la Nasa impulse una capacidad de la industria estadounidense, a la vez que podría extender la vida útil científica de la misión Swift. Los estudios conceptuales ayudarán a determinar si ampliar las capacidades científicas críticas de Swift sería más rentable que reemplazarlas con un nuevo observatorio.
“Nasa Science se compromete a aprovechar las tecnologías comerciales para encontrar maneras innovadoras y rentables de abrir nuevas posibilidades para el futuro del sector espacial estadounidense”, declaró Nicky Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la Sede de la Nasa en Washington. “Para mantener el papel de Swift en nuestra cartera, Nasa Science se encuentra en una posición privilegiada para realizar una demostración tecnológica espacial excepcional que elevará la órbita del satélite y consolidará el liderazgo estadounidense en el mantenimiento de naves espaciales”.
Los estudios conceptuales se están desarrollando en el marco de las subvenciones de la Fase III del Programa de Investigación de Innovación para Pequeñas Empresas (SBIR) de la Nasa, gestionado por la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la agencia, para pequeñas empresas estadounidenses de un grupo de participantes existentes. Este enfoque permite a la Nasa explorar rápidamente posibilidades asequibles para impulsar Swift en un plazo de desarrollo más corto de lo que sería posible de otro modo, dada la rápida pérdida de órbita de Swift.
Actualmente, la Nasa no tiene planes para una misión de impulso orbital y aún podría permitir que la nave espacial reingrese a la atmósfera terrestre, como hacen muchos satélites al final de su vida útil. La Nasa está estudiando un posible impulso Swift para impulsar la innovación en la industria espacial estadounidense, a la vez que comprende mejor las opciones disponibles, la viabilidad técnica y los riesgos que conlleva.
La Nasa también colaborará con Starfish Space de Seattle, Washington, para analizar la posibilidad de impulsar un Swift utilizando un recurso en desarrollo en una adjudicación SBIR de Fase III. Starfish está desarrollando actualmente la demostración de Capacidad de Propulsión e Inspección de Naves Espaciales Pequeñas (SSPICY) para la Nasa, con el objetivo principal de inspeccionar varios satélites estadounidenses en desuso en órbita terrestre baja.
“Nuestra cartera de SBIR existe para circunstancias como esta, donde las inversiones en la industria espacial estadounidense brindan a la Nasa y a nuestros socios la oportunidad de desarrollar capacidades mutuamente beneficiosas”, afirmó Clayton Turner, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial de la Sede de la Nasa. “Independientemente de si decidimos implementar las tecnologías en esta circunstancia, comprender cómo impulsar la órbita de una nave espacial podría ser valioso para futuras aplicaciones”.
Swift fue diseñado para observar estallidos de rayos gamma, las explosiones más potentes del universo, y proporcionar información a otros telescopios de la Nasa y sus socios para el seguimiento de estos eventos. Sus observaciones rápidas y flexibles han sido fundamentales para el avance de la forma en que los científicos estudian los eventos transitorios y así comprender el funcionamiento del universo. Durante más de dos décadas, Swift ha liderado las misiones de la Nasa para proporcionar nuevos conocimientos sobre estos eventos, ampliando así nuestra comprensión de todo, desde las explosiones estelares, las llamaradas estelares y las erupciones en galaxias activas, hasta los cometas y asteroides en nuestro propio sistema solar y los rayos de alta energía en la Tierra.
“Durante su extremadamente productiva vida, Swift ha sido un actor clave en la red de telescopios espaciales de la Nasa, dirigiendo nuestra flota para asegurarnos de estar atentos a los cambios en el universo, tanto lejanos como cercanos”, declaró Shawn Domagal-Goldman, director interino de la División de Astrofísica de la Sede de la Nasa. “Ahora, esta longeva misión científica nos presenta una nueva oportunidad: colaborar con la industria estadounidense para explorar rápidamente soluciones eficientes y de vanguardia que podrían ampliar la labor transformadora de Swift y mejorar el mantenimiento de naves espaciales privadas”.
Cambrian y Katalyst han recibido 150.000 dólares cada uno en virtud de los contratos SBIR Fase III para estudios de diseño conceptual. El programa SBIR de la Nasa forma parte del Fondo Semilla de Estados Unidos, la mayor fuente nacional de financiación inicial, sin dilución, para tecnologías innovadoras. A través de este programa, emprendedores, startups y pequeñas empresas con menos de 500 empleados pueden recibir financiación y apoyo no monetario para desarrollar, consolidar y comercializar sus tecnologías, impulsando las misiones de la Nasa y ayudando a resolver importantes problemas que enfrenta nuestro país.
El Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa en Greenbelt, Maryland, gestiona la misión Swift en colaboración con Penn State, el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México y Northrop Grumman Space Systems en Dulles, Virginia. Otros socios incluyen la Agencia Espacial del Reino Unido, la Universidad de Leicester y el Laboratorio de Ciencias Espaciales Mullard en el Reino Unido, el Observatorio de Brera en Italia y la Agencia Espacial Italiana.