La misión espacial OSIRIS-REx de la Nasa alcanza un momento crítico en su emocionante viaje de exploración hacia el asteroide Bennu. El 26 de julio, la nave espacial llevó a cabo un ajuste de rumbo que la acercará significativamente a la Tierra, marcando un paso crucial en su misión de traer a casa muestras del asteroide para su estudio en la Tierra.
Durante unos 63 segundos, OSIRIS-REx encendió sus motores para modificar ligeramente su curso y dirigirse hacia la órbita terrestre. Los datos de seguimiento preliminares revelan que la nave espacial ajustó su velocidad, incluyendo su dirección, en aproximadamente 1,3 millas o 2 kilómetros por hora. Aunque este cambio puede parecer pequeño en comparación con las vastas distancias del espacio, es esencial para lograr el objetivo final de la misión.
Sin este ajuste de rumbo, OSIRIS-REx no habría podido acercarse lo suficiente a la Tierra el 24 de septiembre para entregar las valiosas muestras del asteroide Bennu. Actualmente, la nave espacial se encuentra a una distancia de 38,6 millones de kilómetros de nuestro planeta, viajando a una velocidad de aproximadamente 35.000 kilómetros por hora.
En los próximos días, los ingenieros responsables de la misión analizarán meticulosamente los datos recopilados antes y después del encendido del motor, incluidos los datos del radar Doppler. Esto les permitirá asegurarse de que la maniobra se haya llevado a cabo según lo planeado y que la nave espacial se encuentre en la trayectoria correcta hacia su regreso a la Tierra.
El ajuste de rumbo realizado es la última corrección necesaria para configurar a OSIRIS-REx para su retorno a la Tierra el 24 de septiembre. Dos maniobras adicionales, programadas para el 10 y el 17 de septiembre, se encargarán de apuntar con precisión la cápsula de retorno de muestras hacia la atmósfera terrestre, permitiendo que aterrice en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de Utah, propiedad del Departamento de Defensa, cerca de Salt Lake City.
Este regreso de OSIRIS-REx a la Tierra representa un hito importante para la ciencia y la exploración espacial. Las muestras recopiladas del asteroide Bennu podrían revelar secretos antiguos sobre la formación del sistema solar y proporcionar valiosos conocimientos sobre los orígenes de la vida en la Tierra. La misión OSIRIS-REx, con sus precisos ajustes de trayectoria y arduo trabajo de la Nasa y sus ingenieros, nos acerca cada vez más a desentrañar los misterios de nuestro universo. El mundo espera ansiosamente el día en que estas valiosas muestras aterricen en nuestro planeta y nos muestren un vistazo del pasado distante y el futuro prometedor de la exploración espacial.