La seguridad espacial ha dejado de ser un ámbito exclusivo de la exploración científica para convertirse en un componente estratégico esencial en el nuevo paradigma de defensa. Así lo ha puesto de manifiesto Álvaro Sánchez, CEO de la empresa española Integrasys, especializada en software para redes satelitales, al reclamar que España destine al menos un 25% del presupuesto en Defensa a capacidades operativas avanzadas, especialmente en el ámbito aeroespacial, como eje vertebrador de la respuesta ante guerras multi-dominio.
Esta petición se produce a pocos días de la Cumbre de la OTAN en La Haya y en un contexto geopolítico donde el espacio ha pasado a formar parte del teatro de operaciones. La disuasión ya no se mide únicamente en tanques o cazas, sino en sistemas de vigilancia orbital, defensa del espectro electromagnético y resiliencia de infraestructuras espaciales.
Durante una demostración táctica celebrada en Madrid, Integrasys ha puesto en escena capacidades tecnológicas que ya se emplean en escenarios reales, como en el conflicto de Ucrania, donde la empresa colabora con el Ministerio de Defensa local en el desarrollo de su nueva fuerza espacial.
Entre las tecnologías presentadas destaca un sistema capaz de neutralizar más del 90% de los ataques de interferencia (jamming) dirigidos a plataformas críticas: satélites de comunicaciones, drones, estaciones terrestres y enlaces GNSS. Estas capacidades son hoy fundamentales para garantizar el mando y control en misiones complejas, donde la pérdida del enlace satelital puede comprometer la operación.
Asimismo, la compañía ha desarrollado soluciones para localizar interferencias hostiles mediante sensores embarcados y algoritmos que, combinando IA e imágenes satelitales, detectan amenazas tanto en superficie como en órbita. Esta tecnología se alinea con el concepto de “defensa ofensiva”, permitiendo actuar de forma selectiva contra emisores enemigos y preservar la integridad del entorno espacial.
“En conflictos donde los satélites son activos militares clave, y donde los ataques al espectro electromagnético forman parte del primer golpe, no podemos seguir siendo dependientes de terceros”, ha explicado Sánchez. “La defensa espacial no es ciencia ficción, es una necesidad inmediata”.
Inteligencia satelital y autonomía estratégica
Las capacidades expuestas durante la demostración evidencian que el dominio espacial ya no es solo una herramienta de vigilancia o comunicaciones, sino una capa crítica para la defensa nacional y europea. La posibilidad de realizar seguimiento orbital, evaluación de daños mediante imágenes satelitales, monitorización de tráfico espacial o detección de interferencias GNSS, se ha convertido en un estándar operativo para los países más avanzados.
En este sentido, la petición de dedicar un 25 % del gasto en Defensa a capacidades operativas avanzadas incluye necesariamente el desarrollo de sistemas espaciales defensivos y duales, la mejora de las infraestructuras críticas en tierra (centros de control, estaciones TT&C) y la formación de personal especializado en operaciones satelitales y ciberespaciales.
En plena revisión de los compromisos OTAN y con potencias como Alemania o Suecia acercándose al 3% de su PIB en defensa, el debate sobre la autonomía estratégica europea se desplaza al espacio. La necesidad de tener capacidades propias de observación, posicionamiento, respuesta y resiliencia en órbita es ya un asunto prioritario para la UE y sus Estados miembros.
España, con su creciente industria espacial y su participación en programas como IRIS², Galileo, Copernicus o el PERTE Aeroespacial, tiene una oportunidad para consolidar su papel como actor relevante en la defensa del dominio espacial europeo. Pero para ello, según apunta Sánchez, es imprescindible convertir la innovación en doctrina operativa y despliegue real.
“El espacio no es el futuro de la defensa, es su presente”, concluye el directivo “Quien controle el entorno espacial tendrá la ventaja estratégica en cualquier conflicto. Por eso, la inversión no es una opción, es una garantía de soberanía y de paz.”