La Administración Federal de Aviación (FAA) debe restaurar la confianza público en la certificación de aeronaves tras los dos trágicos accidentes del Boeing 737 MAX, según el informe del Inspector General del Departamento de Transportes (DOT) de EEUU hecho público este miéercoles.
“La FAA participa en la supervisión de la seguridad y certificación de todas las aeronaves civiles fabricadas en los EEUU. Esta es una empresa importante dado que la industria de la aviación civil de EEUU integra a más de 230.000 aviones, 1.600 fabricantes y 5.200 operadores de aeronaves, entre otros. Mientras que la FAA ha mantenido históricamente un excelente historial de seguridad, dos accidentes fatales ocurrieron en octubre de 2018 y marzo de 2019, que provocaron la posterior inmovilización de los Boeing 737 MAX”, dice en su informe el Inspector General del DOT.
El informe recoge las preocupaciones de la Inspección General del DOT sobre la certificación del 737 MAX y el uso de la delegación de la FAA para certificar nuevos diseños de aeronaves.
De esta forma, figura como primer reto para el año fiscal 2020 de la Inspección General de l DOT “resolver problemas de certificación relacionados con el avión Boeing 737 MAX y una mejor supervisión de los procesos de certificación de aviones”.
Otro de los principales retos señalados en el informe es “equilibrar la colaboración y el cumplimiento y supervisar las compañías aéreas.
“Según lo exige la ley, informamos anualmente de los desafíos más importantes del DOT para cumplir con su misión. Hemos identificado varios criterios para identificar los desafíos de la alta dirección del DOT para el año fiscal 2020, incluido su impacto en la seguridad, la documentación de vulnerabilidades, las amplias implicaciones en dólares y la capacidad del Departamento para efectuar cambios”, explica en su informe la Inspección General del DOT.