El 12 de marzo de 2013, el satélite Galileo GSAT0104 marcó un hito al formar parte del primer posicionamiento geográfico logrado exclusivamente con la constelación europea de navegación por satélite. Doce años después, vuelve a hacer historia como el primer satélite Galileo en ser retirado del servicio de forma definitiva.
El proceso de desmantelamiento de GSAT0104 comenzó en marzo de 2024 y finalizó en abril de 2025, bajo la supervisión de un comité presidido por la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (EUSPA), en colaboración con la ESA y la Comisión Europea. El satélite, originalmente concebido para validación en órbita, había centrado su actividad en los últimos años en tareas de búsqueda y rescate tras una avería en su antena L-band.
El GSAT0104 fue uno de los cuatro satélites IOV (In-Orbit Validation), diseñados por la ESA y construidos por EADS Astrium. Forman parte de los 38 satélites de Primera Generación de Galileo, junto con los 34 de Capacidad Operativa Plena fabricados por OHB. La constelación mantiene actualmente su rendimiento operativo con todos los huecos principales cubiertos, además de tres satélites activos en reserva.
Con la vista puesta en la sostenibilidad espacial, la retirada del GSAT0104 se realizó siguiendo estrictos protocolos de mitigación de residuos. Gracias a sus reservas de combustible, se trasladó el satélite a una órbita cementerio 700 kilómetros por encima de la constelación activa, donde fue pasivado, es decir, se eliminaron todas las fuentes de energía interna, como el combustible remanente o la carga de las baterías.
Este tipo de órbitas estables, situadas al menos a 300 kilómetros de las rutas operativas, son la solución estándar para los satélites en órbitas medias y geoestacionarias, donde la reentrada controlada en la atmósfera terrestre no es viable.
Sustitución ordenada para una constelación activa
Mantener despejada la órbita de Galileo es esencial para permitir la renovación continua de la flota y asegurar la calidad del servicio. Como recuerda Riccardo Di Corato, responsable de análisis de la constelación, “necesitamos mantener nuestras órbitas limpias y seguras para garantizar el rendimiento óptimo y fiable del sistema, utilizado por miles de millones de personas en todo el mundo”.
Cada satélite de Galileo tiene una vida útil prevista (12 años para los de Primera Generación y 15 para los de Segunda). La ESA y EUSPA evalúan anualmente la viabilidad técnica de extender su servicio o proceder a su retirada. La decisión debe tomarse mientras el satélite mantiene funcionales sus sistemas críticos, como el control de actitud o los propulsores.
Lanzado el 12 de octubre de 2012 desde el Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa, GSAT0104 permitió el primer posicionamiento basado exclusivamente en Galileo. Tras años de servicio, primero en navegación y después en rescate, fue reubicado en 2021 a una posición de reserva, cediendo su plaza a uno de los nuevos satélites desplegados en 2024.
Con su retirada, GSAT0104 sienta un precedente técnico y operativo que servirá de referencia en futuras fases de renovación. El proceso ha aportado experiencia clave para la gestión del final de vida de una constelación que se prepara para la llegada de nuevos satélites: seis de Primera Generación listos para su lanzamiento y doce de Segunda en desarrollo.