El proyecto de Thales Alenia Space GEO QKD, una iniciativa española financiada con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a través del PERTE Aeroespacial y gestionada por el CDTI, avanza para situar a España en la vanguardia de las comunicaciones cuánticas espaciales. Con un presupuesto total de 103,5 millones de euros, el proyecto destina un 67% de sus actividades al territorio nacional, reforzando así la capacidad tecnológica e industrial del país en un sector estratégico.
Su objetivo es ambicioso: desarrollar la primera misión del mundo de comunicaciones cuánticas desde órbita geoestacionaria, un hito que marca la transición de la fase experimental a los servicios operacionales en un área considerada clave para la seguridad y soberanía tecnológica en Europa.
El proyecto contempla dos grandes áreas tecnológicas. El segmento de vuelo estará compuesto por un satélite de telecomunicaciones clásico equipado con la carga útil QKD-GEO, telescopios, sistemas electrónicos y ópticos de alta precisión, y tecnología de generación de números cuánticos aleatorios, esenciales para garantizar la seguridad de las comunicaciones.
Por su parte, el segmento de tierra incluirá hasta 115 terminales con telescopios ópticos y sistemas avanzados de gestión de claves y comunicación. En Canarias se realizarán en 2026 las primeras pruebas de enlace óptico, con una distancia inicial de 140 kilómetros, lo que permitirá validar la viabilidad tecnológica del sistema.
Prestaciones y retos tecnológicos
El sistema GEO QKD prevé transmitir 500 millones de fotones por segundo, de los que se recibirán solo unos pocos miles, empleando óptica adaptativa para mitigar la degradación atmosférica. El principal desafío radica en enviar, recibir y detectar fotones individuales desde 36.000 kilómetros, una tarea que exige la espacialización de equipos, el desarrollo de nuevos estándares técnicos y la definición de casos de uso para las futuras aplicaciones de esta tecnología.
La puesta en marcha de GEO QKD abre la puerta para que España se convierta en un actor estratégico en el sector de las comunicaciones cuánticas espaciales, contribuyendo al liderazgo europeo en un ámbito con alto potencial de crecimiento. La misión supone un paso decisivo hacia un ecosistema de comunicaciones ultraseguras que podrá aplicarse en sectores críticos como la defensa, la banca o las infraestructuras esenciales.