Enaire ha puesto en servicio este jueves tras una inversión casi 1,1 millones de euros un nuevo radar de última tecnología en Espiñeiras, provincia de La Coruña, que permitirá dar cobertura y servicio de vigilancia a los vuelos de la zona noroeste peninsular, así como al tráfico oceánico y del Cantábrico. Además, proporcionará cobertura a las aeronaves que despegan y aterrizan de los aeropuertos de Santiago-Rosalía de Castro, A Coruña y Vigo.
El nuevo radar presta servicio a los centros de control aéreo en Madrid y de control de área terminal en Santiago. En total, controlará el espacio aéreo en un radio de unas 250 millas náuticas (el equivalente a una superficie de unos 670.000 kilómetros cuadrados).
El radar de Espiñeiras proporciona cobertura en la zona del espacio aéreo donde confluyen las regiones de responsabilidad de los centros de control de Madrid, Lisboa, Brest, Santa María y Shanwick, siendo estas dos últimas regiones del espacio aéreo oceánicas, desde donde llegan a España los vuelos procedentes del otro lado del Atlántico.
Por su ubicación estratégica, este radar se comparte con el proveedor de servicios de navegación aérea francés (DSNA), y en un futuro con el proveedor portugués (NAV Portugal) a través de la red de comunicaciones europea NewPENS.
El nuevo radar en Espiñeiras viene a sustituir al anterior radar civil, instalado a principios del año 2005, y coemplazado con un radar primario. Este radar secundario está equipado con receptores digitales y tecnología Modo S, lo que permite disponer de mayor información sobre las aeronaves que están volando, gestionar el tráfico con más fluidez e incrementar la seguridad.
Según ha explicado el gestor de la navegación aérea en España, este tipo de radares se utilizan para el seguimiento y vigilancia del tráfico ya que facilitan información relativa a la posición de cada aeronave, su identificación y la altitud a la que vuela, facilitando la localización e identificación de todo el tráfico que opera en su área de alcance.
Además, incorpora una estación redundante de Vigilancia Dependiente Automática Radiodifundida (ADS-B), que obtiene la posición de las aeronaves a través de la información que éstas dinfunden de sus sensores de a bordo. Esta funcionalidad permitirá en el futuro seguir disponiendo de información de vigilancia ante fallos mecánicos de la estación radar.
Este radar se une a los otros diecinueve radares Modo S de Enaire ya instalados en España y completa la cobertura en el norte peninsular.
Los radares secundarios modo S y las estaciones ADS-B
El radar secundario de vigilancia es un sistema que realiza una petición de información a través de una señal de radio a una determinada frecuencia que recibe el avión. Al recibir esta señal, el avión responde a través del equipo llamado transpondedor, que decodifica la señal y envía la información requerida para que en tierra puedan identificar, además de su posición, parámetros como la compañía a la que pertenece, la ruta que lleva o la altura a la que vuela.
El radar secundario de vigilancia Modo S es una mejora con respecto al radar secundario monopulso, que es el que se ha estado usando hasta el desarrollo de la tecnología Modo S. Este radar utiliza las mismas frecuencias pero tiene la capacidad de realizar interrogaciones selectivas, con lo cual disminuye la contaminación radioeléctrica.
Otra de las mejoras que proporciona la tecnología Modo S es que aumenta la capacidad de intercambio de información entre el radar y el avión, con lo que la aeronave puede proporcionar información de su plan de vuelo, la intención respecto a rumbo y altitud y otros parámetros del sistema de gestión de vuelo de la aeronave.
“De las tecnologías disponibles para mejorar las prestaciones del sistema de vigilancia español, el Modo S es la más madura e implantada, lo que permitirá mejorar la operatividad con los distintos países europeos”, destaca Enaire.
La estación de Vigilancia Dependiente Automática Radiodifundida (ADS-B) permite obtener los datos de posición de las aeronaves a través de la información que éstas trasmiten automáticamente de los sensores que llevan a bordo. Es una tecnología novedosa que se espera, en un futuro, complemente a la información de vigilancia de los radares, permitiendo proporcionar información de vigilancia con menores costes y con menos impacto ambiental.