El X-37B, el vehículo espacial no tripulado desarrollado por Boeing para la Fuerza Espacial de Estados Unidos, afronta una nueva etapa en su programa con la preparación de su octava misión orbital (OTV-8), cuyo lanzamiento está previsto desde la Costa Espacial de Florida no antes del próximo 21 de agosto. Este nuevo hito llega menos de seis meses después de la exitosa finalización de la misión OTV-7, completada el 7 de marzo de 2025 con el aterrizaje del vehículo en la base espacial de Vandenberg (California).
Diseñado para realizar pruebas tecnológicas en órbita y misiones experimentales de larga duración, el X-37B continúa reforzando su papel como plataforma versátil para el desarrollo de capacidades espaciales estratégicas. «Con cada vuelo sucesivo, el X-37B ha demostrado adaptabilidad y flexibilidad al acoger experimentos diversos y explorar nuevos regímenes orbitales», afirma Michelle Parker, vicepresidenta de Boeing Space Mission Systems. “Esta misión continúa ese legado mediante la incorporación de tecnologías punteras que refuerzan la capacidad espacial de nuestra nación y mejoran la resiliencia de futuras arquitecturas”.
La octava misión incorporará un módulo de servicio adicional, lo que permitirá ampliar la capacidad para albergar experimentos científicos y tecnológicos. Esta ampliación abre nuevas posibilidades para colaboradores institucionales como el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y la Unidad de Innovación en Defensa, ambos implicados en los contenidos tecnológicos que se pondrán a prueba durante el vuelo.
Entre los ensayos más relevantes se encuentra una demostración de comunicaciones láser de alta capacidad entre satélites. Según el jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial estadounidense, el general Chance Saltzman, esta tecnología representa un avance significativo en el desarrollo de redes espaciales diversificadas y resilientes y asegura que “la demostración de comunicaciones por láser de OTV-8 supondrá un paso importante en la capacidad de la Fuerza Espacial para aprovechar redes comerciales como parte de arquitecturas espaciales proliferadas, diversificadas y redundantes. Con ello, se refuerzan la resistencia, fiabilidad, adaptabilidad y velocidad de transporte de datos de nuestras comunicaciones satelitales”.
Navegación cuántica para entornos sin GPS
Junto con las comunicaciones ópticas, el OTV-8 albergará también la prueba del sensor inercial cuántico de mayor rendimiento jamás evaluado en el espacio. Este tipo de sensores, basados en principios de mecánica cuántica, permiten una navegación autónoma extremadamente precisa en entornos donde el GPS no está disponible. Su desarrollo se considera clave para misiones en el espacio profundo y para operaciones en órbitas cislunares.
El comandante del Space Delta 9, coronel Ramsey Hom, subraya la relevancia de este experimento para el futuro de las operaciones en el entorno espacial explicando que “la demostración del sensor inercial cuántico en OTV-8 representa un avance fundamental para la resiliencia operativa de los Guardians en el espacio. Tanto si se navega más allá de las órbitas terrestres como si se opera en entornos denegados de GPS, esta tecnología proporciona una capacidad robusta de posicionamiento y navegación. En última instancia, contribuye de forma significativa a nuestro impulso dentro del quinto Escuadrón de Operaciones Espaciales y en toda la Fuerza Espacial, garantizando movimiento y maniobrabilidad incluso sin GPS”.
El vehículo se encuentra en proceso de preparación para su lanzamiento en las instalaciones de Boeing en el Centro Espacial Kennedy, Florida. Desde su primer despegue en abril de 2010, el X-37B ha acumulado más de 4.200 días en el espacio, consolidándose como una de las plataformas orbitales reutilizables más avanzadas en operación actualmente.
El programa X-37B combina el liderazgo tecnológico de Boeing con la estrategia de desarrollo de capacidades autónomas de la Fuerza Espacial. Para la compañía, el proyecto se enmarca dentro de su apuesta global por el diseño, fabricación y mantenimiento de sistemas espaciales, defensa y aviación comercial, con presencia en más de 150 países. Boeing defiende una cultura corporativa basada en la seguridad, la calidad y la integridad, y mantiene una sólida red industrial y de talento tanto en EEUU como a nivel internacional.
Con el OTV-8, Boeing y la Fuerza Espacial estadounidense buscan seguir ampliando los límites operativos del vehículo, afianzando su papel como banco de pruebas clave para tecnologías disruptivas que definirán la próxima generación de infraestructuras espaciales.