El pasado día 8, el Starliner que voló la prueba de vuelo orbital no tripulada, regresó al Centro Espacial Kennedy en Florida para examinar el fallo producido después de su lanzamiento desde Cabo Cañaveral el 20 de diciembre de 2019 y aterrizar en White Sands Missile Range dos días después.
El plan para el procesamiento posterior al vuelo de esta nave espacial es el siguiente:
– Inspección externa exhaustiva.
– Apertura de la compuerta y verificación visual de si el sello se encuentra perfectamente y mantendrá la integridad de la presión y la seguridad de las personas, como lo indican los datos de telemetría.
– Inspección interior y verificación de que la cápsula está tan limpia como lo indicarían los datos de telemetría.
– Eliminación de paneles de cubierta y algunos componentes clave en los sistemas, incluidos aviónica, propulsión y soporte vital, inspección detallada y verificación de esos componentes clave después del primer vuelo.
– Inspección detallada de toboganes, aparejos y bolsas de aire con especial atención a roces inesperados y desgaste.
– Evaluación de cómo la carga de calor durante el ascenso y la entrada afectó el sistema de acoplamiento y las paredes laterales de la cápsula comparará los resultados con los modelos térmicos previos al vuelo.
– Transición a la renovación estándar posterior al vuelo y a las pruebas previas al vuelo.
Paralelamente, los técnicos continuarán preparando otro módulo de tripulación y servicio de Starliner para el próximo vuelo. Ese vehículo se encuentra actualmente en las fases finales de ensamblaje y procesamiento. Los ingenieros y analistas de Starliner también están trabajando en la compilación y comprensión de todos los datos recopilados de la Prueba de vuelo orbital, y junto con la Nasa, los datos serán revisados y se tomarán decisiones basadas en lo aprendido. A medida que este proceso continúa, Boeing proporcionará actualizaciones de la manera más oportuna y precisa posible, incluidos los resultados iniciales de las inspecciones externas y las evaluaciones térmicas a principios de esta semana.
Mientras tanto, se formó un equipo independiente de Boeing-Nasa que está revisando la anomalía del software para determinar la causa raíz y recomendar acciones correctoras. Además, los equipos individuales están evaluando datos y realizando revisiones exhaustivas sistema por sistema como parte del proceso normal de prueba posterior al vuelo. Los equipos de Boeing ahora tienen acceso y actualmente están compilando resultados de los últimos datos registrados durante el vuelo.
Todo esto incluye:
– Compilar las medidas de desarrollo especializado y compararlas con los datos de telemetría para evaluar el tiempo y la coherencia.
– Algunos resultados de la instrumentación de vuelo de demostración (DFI) revelan la temperatura y las deformaciones del casco, lo que indica la integridad estructural y la precisión de los pronósticos de diseño.
– Correlación de cualquier inspección visual u observación de datos con el conjunto completo disponible
– Se están realizando revisiones detalladas en asociación con la NASA, que esperamos concluir en unas pocas semanas.