El sistema aéreo español volvió a demostrar su resiliencia este lunes tras un apagón eléctrico y de telecomunicaciones sin precedentes que afectó a gran parte del país. A pesar de las dificultades, las compañías aéreas lograron operar 5.656 vuelos de los 6.000 programados, lo que equivale al 94% del total previsto para la jornada.
La actuación coordinada entre aerolíneas, gestores aeroportuarios y proveedores de navegación aérea fue clave para sostener el flujo de operaciones en un contexto adverso. La red aeroportuaria nacional, gestionada por Aena, y los servicios de control aéreo de Enaire activaron sus protocolos de contingencia desde primeras horas del día, permitiendo mantener activa gran parte de la operativa.
Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), ha destacado el esfuerzo colectivo del sector asegurando que “todas las compañías aéreas, aeropuertos, control aéreo y el resto de empresas del sector se han empleado a fondo para mitigar los efectos de esta caída de energía sin precedentes”.
Gándara subrayó que la afectación fue contenida gracias al trabajo incansable de todos los equipos implicados, que actuaron con rapidez y eficacia. “Queremos agradecer el trabajo y esfuerzo realizado por todos los empleados del sector, así como de Aena y Enaire por la gran capacidad de respuesta y readaptación en unas circunstancias adversas”, añadió.
Impacto reducido en la operativa
El porcentaje de cancelaciones se limitó al 5,7%, una cifra muy inferior a la esperada en un escenario de crisis de infraestructura de esta magnitud. La reacción rápida de los operadores permitió, en muchos casos, reorganizar turnos, reprogramar operaciones y mantener informados a los pasajeros mediante canales alternativos, compensando parcialmente la falta de conectividad habitual.
Desde ALA se ha puesto en valor “la gran profesionalidad del sector aéreo”, que trabajó sin descanso durante la jornada y la noche posterior para restablecer y garantizar la continuidad del servicio en todos los niveles.
El hecho de que la gran mayoría de los vuelos programados salieran adelante en un contexto tan complejo evitó mayores trastornos para los pasajeros. La capacidad de reacción del sector evitó colapsos en los aeropuertos, contribuyó a mantener la movilidad y redujo significativamente el impacto potencial en miles de viajeros.
La jornada ha servido, en palabras de Gándara, para “poner de manifiesto la madurez operativa del ecosistema aeronáutico en España y su capacidad de recuperación ante escenarios extremos”.
El apagón supuso un reto inesperado para todo el sector. Sin embargo, la activación de sistemas de respaldo, la experiencia acumulada en gestión de crisis y el compromiso de los profesionales del sector permitieron mantener en marcha la mayoría de las operaciones previstas.
En un momento de alta actividad en los aeropuertos españoles, la actuación coordinada ante esta emergencia refuerza la confianza en la robustez del sistema aéreo nacional, que vuelve a demostrar su capacidad para afrontar situaciones críticas sin paralizar el transporte.