El Consejo de ministros celebrado este lunes ha aprobado el real decreto por el que se dispone el cambio de denominación del Ejército del Aire por la de Ejército del Aire y del Espacio, una ya antigua aspiración del Ministerio de Defensa, anunciada hace casi tres años por su titular, la ministra Margarita Robles.
La importancia creciente del espacio ultraterrestre del ámbito aeroespacial determina que las Fuerzas Armadas, y muy especialmente el Ejército del Aire, deban ser capaces de monitorizar el espacio, garantizando su seguridad y libertad de actuación en pro de los intereses nacionales, lo que exigirá el desarrollo y la potenciación progresiva de los sistemas espaciales.
Como parte más visible y representativa de este esfuerzo de adaptación al nuevo dominio del espacio, ha llegado el momento de completar la actual denominación del Ejército del Aire, en sintonía con los nuevos cometidos ya asumidos de vigilancia y control del espacio ultraterrestre y las capacidades incorporadas, por lo que resulta necesario proceder a un cambio formal de denominación del Ejército del Aire, lo cual se realiza en consonancia con las iniciativas que actualmente están tomando otras fuerzas aéreas aliadas de nuestro entorno.
Este cambio de denominación es una antigua aspiración del Ministerio de Defensa, cuya titular, Margarita Robles, ya expuso hace casi tres años, con ocasión del XXIX Seminario Internacional de la Cátedra Alfredo Kindelán, que “siguiendo los pasos de otros países, como EEUU y Francia, España pretende incorporar la Defensa Espacial a las Fuerzas Armadas y estudia la posibilidad de implantar la denominación ‘Ejército del Aire y del Espacio’ a la Fuerza Aérea actual”
Robles subrayó entonces la importancia de promover un debate sobre la relación entre Fuerzas Aéreas y espacio del que se puedan extraer conclusiones a escala internacional. “El futuro pasa por algo más que por la cooperación; yo diría que ya se puede hablar de la unión entre el Ejército del Aire y el Espacio”, resaltó entonces la ministra para añadir que “no podemos contemplar el mundo del siglo XXI y el futuro olvidándonos del espacio, que va a condicionar nuestra seguridad y nuestro modo de vida”.