Los presidentes de la comisión de investigación del 737Max de la Cámara de Representantes de Estados Unidos han planteado “nuevas y serias preocupaciones” a la FAA sobre asuntos relacionados con la seguridad de las aeronaves.
Así, el presidente de la comisión de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes, Peter DeFazio, y el presidente del Subcomité de Aviación Rick Larsen enviaron una carta al administrador de la Administración Federal de Aviación (FAA), Stephen Dickson, que cuestiona la forma en que la FAA tomó decisiones sobre dos artículos relacionados con la seguridad, “con consecuencias potencialmente catastróficas”: la protección del cable del timón en el Boeing 737 MAX y la protección contra los rayos para los tanques de combustible del Boeing 787 Dreamliner.
“Como saben, nuestra comisión ha estado investigando el diseño y desarrollo del 737 MAX de Boeing, los procesos de certificación de la Administración Federal de Aviación (FAA) y cuestiones relacionadas. Mientras nuestra investigación está en curso, nos preocupan dos problemas de seguridad adicionales sobre los cuales hemos recibido información detallada. Ambos parecen involucrar serias preocupaciones de seguridad potencialmente catastróficas planteadas por especialistas técnicos de la FAA que la gerencia de la FAA finalmente anuló después de que Boeing se opusiera. Estos incidentes plantean preguntas sobre cómo la agencia evalúa la validez de los problemas de seguridad planteados por sus propios expertos en comparación con las objeciones planteadas por los fabricantes de aviones que la FAA debe supervisar”, señalaron los miembros del comité.
Los legisladores, que han estado investigando los dos accidentes mortales del 737 MAX, exigieron una lista de respuestas detalladas de la FAA antes del 21 de noviembre.
La carta asegura que la comisión tenía información y documentos «que sugerían que Boeing implementó un cambio de diseño en sus características de protección contra rayos 787 Dreamliner a las que finalmente se opusieron múltiples especialistas de la FAA».
También se plantearon preocupaciones de que Boeing «supuestamente produjo aproximadamente 40 aviones antes de la aprobación de la FAA del cambio de diseño. Si es exacto, ese es un hecho sorprendente que sugiere un descuido deliberado de la estructura reguladora de la aviación federal o un sistema de supervisión que necesita una reparación desesperada”.