CT ha anunciado la culminación del proyecto ALARAD, una plataforma inteligente que integra tecnologías de vanguardia como IoT, inteligencia artificial y sensorización avanzada para optimizar la gestión agrícola y promover la sostenibilidad. Esta iniciativa, llevada a cabo en colaboración internacional con socios surcoreanos, tiene como objetivo transformar la agricultura tradicional en un modelo de precisión más productivo y respetuoso con el medio ambiente.
El proyecto se ha materializado en España con la instalación de un sistema integral de monitorización en los viñedos de Bodegas Bohórquez, en la Denominación de Origen Ribera del Duero. Tres conjuntos de sensores estratégicamente ubicados recogen datos en tiempo real sobre variables clave como el vigor, el estado fisiológico y el crecimiento de los cultivos, accesibles desde una aplicación web.
Además, CT ha desarrollado modelos de inteligencia artificial capaces de predecir parámetros productivos como el rendimiento por hectárea y la calidad del fruto, elementos cruciales para mantener los estándares de la Denominación de Origen.
El proyecto ha sido posible gracias a la cooperación entre CT, el Korea Electronics Technology Institute (KETI) y otros socios tecnológicos. Mientras que en Corea se han aplicado estas soluciones en granjas verticales, en España se han enfocado en los viñedos, permitiendo analizar cómo las innovaciones se adaptan a diferentes escenarios agrícolas.
Air Institute, otro socio clave, ha contribuido al diseño de hardware y software que facilita el acceso a estas tecnologías para pequeños productores, incluso en zonas con conectividad limitada.
ALARAD no solo optimiza la producción, sino que también prioriza la sostenibilidad al mejorar la trazabilidad y reducir el impacto ambiental. Este enfoque está alineado con los objetivos globales de sostenibilidad agrícola, ofreciendo una solución adaptable a una amplia variedad de cultivos más allá de los viñedos.
El éxito del proyecto ALARAD marca un hito en la transformación digital del sector agrícola. Con herramientas que facilitan la toma de decisiones basada en datos y minimizan riesgos, esta tecnología no solo incrementa la calidad y productividad, sino que también representa un paso decisivo hacia una agricultura más sostenible y eficiente a nivel global.