Los sindicatos USCA y CCOO han anunciado huelga de controladores aéreos en las torres de control privatizadas, a partir del día 30 de enero y los lunes siguientes hasta el día 27 de febrero en todos los turnos de trabajo.
Ambos sindicatos han roto las negociaciones con la asociación empresarial APCTA que engloba a los proveedores privados del mercado liberalizado SAERCO y FerroNATS. Además, critican especialmente la actitud de SAERCO, “contrario a conseguir ningún tipo de acuerdo”, lo que ha obstaculizado desde el primer momento las propuestas que los representantes de los trabajadores presentaban en las diferentes reuniones negociadoras.
Con FerroNATS, sin embargo, se han alcanzado significativos puntos en común sin que haya sido posible atraer a SAERCO al consenso de las otras partes, sin la cual no se puede llevar a buen término la negociación y completar la firma del nuevo convenio.
Entre las peticiones aceptadas por FerroNATS destaca el hecho de incorporar en el convenio los conceptos recogidos en los acuerdos de centro que ya disfrutaban sus controladores, ampliándolo al resto de torres; aceptar la petición de la parte social relativa a las vacaciones según un esquema de 22 días laborables y 14 festivos, así como seguir negociando la propuesta de incremento de salario por encima de lo ofrecido en las ofertas anteriores de la patronal.
Los sindicatos de controladores aéreos han intentado llegar a un acuerdo, cediendo importantes cuestiones, en este momento de recuperación de tráfico aéreo, pero desde los sindicatos de controladores advierten de que “el sistema no puede funcionar basado en esfuerzos de una plantilla fatigada y con recortes constantes de derechos consolidados en el pasado”.
Así, desde los sindicatos aseguran que “tras el fracaso de las negociaciones, los controladores se han visto obligados a esta convocatoria, con la que pretenden que se retomen las negociaciones para poder avanzar realmente en la consecución de un nuevo convenio, más necesario en este momento de recuperación de tráfico aéreo, y más aún cuando la imagen de la principal actividad económica del país se vería perjudicada por el nivel de demoras de sus aeropuertos”.
Por su parte, FerroNATS asegura que “ha mantenido en todo momento una actitud conciliadora y una buena voluntad de negociación, circunstancia que reconocen y valoran los representantes legales de los trabajadores públicamente”.
FerroNATS insiste en que “su objetivo en todo momento es y será evitar que el usuario final se vea afectado por esta decisión y se compromete a garantizar unos servicios mínimos adecuados que mitiguen cualquier impacto en la actividad que presta en los distintos aeropuertos españoles”.