Recientemente se han registrado numerosos incidentes aéreos relacionados con fenómenos meteorológicos extremos y turbulencias aéreas. Dado que la seguridad de los aviones y de las personas a bordo es una prioridad para Airbus, el fabricante aeronáutico europeo sigue de cerca los incidentes de turbulencias.
Estos incidentes han suscitado preguntas sobre el aumento de fenómenos atmosféricos extremos y sobre la seguridad de los vuelos. Todos los aviones de última generación, asegura Airbus, están diseñados para soportar turbulencias. La mejor forma de evitar estos incidentes es anticiparse a los fenómenos meteorológicos y evitarlos.
Según la IATA, las turbulencias en el aire (ya sean causadas por tormentas eléctricas, cizalladura del viento o turbulencias en aire despejado) son la principal causa de lesiones en el interior de los aviones. Existe un amplio consenso entre los científicos sobre el hecho de que es probable que las tormentas se vuelvan más fuertes y probablemente más frecuentes en algunas áreas del planeta a medida que el clima cambie en los próximos años. Sin embargo, el análisis factual de los eventos de turbulencia con heridos que se han notificado a Airbus hasta la fecha no ha mostrado ninguna tendencia clara.
El aumento del número de incidentes desde 2021 puede tener otras causas, en particular el crecimiento del tráfico aéreo. Ahora hay más vuelos que hace unos años, por lo que es más probable que se produzcan incidentes relacionados con el clima.
A pesar de que se percibe un aumento de incidentes, volar sigue siendo seguro. Los aviones de la familia Airbus están diseñados para soportar cargas muy superiores a las registradas en las condiciones naturales extremas conocidas hasta la fecha. Los aviones de otras marcas también son muy resistentes. Los aviones de transporte militar con turbohélice o los jets comerciales pueden incluso utilizarse para volar directamente hacia huracanes con fines de predicción meteorológica.
Aunque los aviones están diseñados para soportar turbulencias, la mejor estrategia en lo que respecta a la seguridad y la comodidad de los pasajeros es evitar las turbulencias aéreas siempre que sea posible. Esto comienza en tierra, durante la preparación del vuelo. En función de la información meteorológica y los pronósticos más recientes, los pilotos definen un plan de vuelo que evite las zonas con condiciones meteorológicas adversas.
Ejemplo de la pantalla del radar meteorológico en la cabina. El tiempo aparece en diferentes colores según la intensidad de las precipitaciones, de menor a mayor intensidad: negro, verde, amarillo, rojo y magenta.
En general, durante la navegación, los pilotos pueden ver las tormentas eléctricas con antelación. También pueden detectarlas mediante un radar meteorológico. Esta tecnología, instalada en la cabina, ha experimentado una importante evolución en los últimos quince años.
Los radares automáticos están disponibles desde 2010. En la flota de Airbus, todos los A350 y A380 y el 75% de los A320 están equipados con radares automáticos. El resto sigue utilizando radares manuales. Desde 2015, los radares también pueden estar equipados con una función de predicción de granizo. Una vez identificado un fenómeno meteorológico, ya sea visualmente o por radar, la maniobra de evitación consiste en pasar por el lado de las nubes de tormenta con márgenes adecuados.
En algunos casos, un avión no puede detectar o evitar la zona de turbulencia. Esto puede suceder cuando se vuela a través del límite entre dos masas de aire, donde puede producirse una turbulencia en aire despejado (CAT). La CAT, que se debe a la diferencia de velocidad de las masas de aire a gran altitud, no se puede detectar con el radar meteorológico de a bordo. Solo puede detectar gotas de agua. Por eso, generalmente se recomienda a los pasajeros y a la tripulación de cabina que permanezcan en sus asientos y se abrochen los cinturones de seguridad mientras están en el aire.
En conclusión, los fenómenos meteorológicos extremos demuestran que la seguridad del transporte aéreo depende de una combinación de tecnología y comportamiento humano. Los aviones de nueva generación están diseñados para soportar condiciones meteorológicas extremas, y los avances en la predicción meteorológica y la tecnología de radar permiten evitar las turbulencias graves. El cumplimiento de los protocolos de seguridad, como el uso del cinturón de seguridad, reduce el riesgo de lesiones y garantiza la seguridad y la comodidad de todos los pasajeros.