China lanzó seis nuevos satélites de prueba al espacio el pasado sábado desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Taiyuan, en la provincia norteña de Shanxi. Los seis satélites Shiyan-27 despegaron a bordo de un cohete portador modificado Larga Marcha-6 y entraron con éxito en su órbita preestablecida.
El lanzamiento, coordinado por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC), representa el vuelo número 570 de la familia Larga Marcha. Los seis satélites lanzados fueron desarrollados por la Quinta Academia de CASC y están dedicados a tareas de detección del entorno espacial y ensayos tecnológicos. Su misión contribuirá a ampliar las capacidades del país en monitorización espacial, validación de sistemas en órbita y experimentación avanzada.
El cohete utilizado ha sido desarrollado por la Octava Academia de CASC y destaca por su configuración de dos etapas y media, con propulsión mixta sólido-líquido, una primicia para lanzadores de tamaño medio en China. Con una capacidad de carga de al menos 6,5 toneladas a una órbita sincrónica al sol (SSO) de 500 kilómetros, el Larga Marcha-6 modificado se posiciona como una plataforma versátil para misiones científicas y tecnológicas.
Entre las novedades técnicas de esta misión figura la utilización, por primera vez, de un diseño montado en la pared para alojar múltiples satélites en un solo vehículo. Este enfoque, que requiere una separación mínima entre unidades, obligó al desarrollo de una nueva estructura interna: un tubo de carga central y una cabina de soporte metálica específicamente adaptados para minimizar riesgos de interferencia durante la fase de despliegue.
Validación digital y modularidad
El proceso de acoplamiento satélite-cohete fue respaldado por herramientas digitales de validación y pruebas exhaustivas de integración. Según miembros del equipo de pruebas, la combinación de simulaciones por modelos digitales y ensayos físicos fue clave para asegurar una operación segura y eficaz.
El rediseño del lanzador también se alinea con la estrategia de lanzamientos de alta densidad prevista para 2025. Con un enfoque modular, la primera etapa se ha estandarizado para múltiples misiones, mientras que la segunda incorpora un diseño de “envolvente máxima”, capaz de soportar configuraciones de encendido simple o doble, y adaptable a distintas cargas mediante carenados y adaptadores intercambiables.
Con este hito, China continúa consolidando su presencia en el espacio con una combinación de innovación técnica y ambición estratégica. El Larga Marcha 6 modificado refuerza el acceso a órbitas clave para experimentación científica y anticipa una etapa de mayor frecuencia de lanzamientos y ampliación de capacidades dentro del programa espacial nacional.