La Comisión Europea ha abierto una investigación en profundidad para evaluar la adquisición propuesta de Transat por Air Canada, de conformidad con el Reglamento de concentraciones de la UE. A la Comisión le preocupa que la transacción propuesta pueda reducir la competencia en los servicios de transporte aéreo de pasajeros entre el Espacio Económico Europeo (EEE) y Canadá.
La vicepresidenta ejecutiva Margrethe Vestager, responsable de la política de competencia, dijo que “Air Canada y Transat son las dos aerolíneas líderes que operan una amplia red de rutas entre Europa y Canadá. Evaluaremos cuidadosamente si la transacción propuesta afectaría negativamente la competencia en estos mercados, lo que llevaría a precios más altos, calidad reducida o menos opciones para los viajeros que vuelan sobre el Atlántico. Este es un momento difícil, especialmente en los mercados gravemente afectados por el brote de coronavirus, pero el regreso a las condiciones normales y saludables del mercado debe basarse en mercados que sigan siendo competitivos».
Air Canada y Transat son respectivamente el primer y el segundo proveedor de servicios de transporte aéreo de pasajeros programados entre el EEE y Canadá. Juntas, sus redes comprenden 29 rutas entre Europa y Canadá. Air Canada y Transat ofrecen vuelos directos competitivos en estas rutas que son utilizados regularmente por pasajeros de 10 países del EEE, a saber, Bélgica, Croacia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Portugal, España y el Reino Unido.
En esta etapa, a la Comisión le preocupa que la transacción propuesta pueda reducir significativamente la competencia en 33 pares de ciudades de origen y destino (O&D) entre el EEE y Canadá. Estos incluyen 29 O&D donde ambas compañías ofrecen servicios directos y cuatro donde una compañía vuela directa y la otra indirecta a través de uno de sus centros.
La investigación preliminar de mercado de la Comisión reveló que Air Canada y Transat han estado compitiendo históricamente cara a cara por los servicios de transporte aéreo de pasajeros entre el EEE y Canadá.
En particular, Air Canada, con su marca Air Canada Rouge, desarrolló un modelo de negocio para abordar la naturaleza de menor costo y orientada al ocio de los mercados de transporte aéreo de pasajeros EEA-Canadá, compitiendo directamente con Transat. Se descubrió que otras aerolíneas, en particular las aerolíneas nacionales del EEE, eran competidores más distantes, que solo competían en un subconjunto muy pequeño de rutas fuera de sus respectivos centros de origen.
En esta etapa, la Comisión descubrió que, incluso si la aerolínea canadiense WestJet ha expandido sus operaciones transatlánticas a los países del EEE, es poco probable que WestJet ejerza una restricción competitiva suficiente sobre la entidad fusionada con respecto a las O&D que la Comisión encontró problemáticos después su investigación preliminar de mercado.
La transacción propuesta fue notificada a la Comisión en un momento en que el sector de la aviación se ve particularmente afectado por el brote de coronavirus. La Comisión investigó en qué medida la crisis del coronavirus afectaría a las operaciones de Air Canada, Transat y sus competidores y, por lo tanto, el panorama competitivo a mediano y largo plazo. Las fusiones tienen efectos estructurales a largo plazo sobre la competencia, que deben tenerse en cuenta incluso en tiempos de crisis graves que afectan a la economía.
La Comisión no estaba en condiciones de determinar si a largo plazo las empresas continuarían compitiendo en todas y cada una de las rutas en las que solían competir antes de la crisis, según la información disponible durante la investigación de la primera fase. Sin embargo, la Comisión toma la posición preliminar de que Air Canada y Transat siguen siendo los competidores reales o potenciales más cercanos en las rutas EEE-Canadá en general y en particular en los pares de ciudades de O&D relevantes investigados por la Comisión.
La Comisión ahora llevará a cabo una investigación en profundidad sobre los efectos de la transacción propuesta para determinar si es probable que reduzca significativamente la competencia efectiva.