Boeing y Red 6 han integrado y volado con éxito la realidad aumentada (AR) en un avión táctico TA-4J como precursor de la integración y prueba del sistema en un entrenador avanzado T-7. El acuerdo entre ambas compañías se anunció el mes de septiembre pasado para integrar el Sistema Táctico Avanzado de Realidad Aumentada (ATARS) y el Entorno de Datos Analíticos y de Comando de Realidad Aumentada de Red 6 en aviones de combate.
“Boeing es la primera compañía que se asocia con Red 6 en este tipo de tecnología de entrenamiento avanzada”, dijo Donn Yates, director ejecutivo de Desarrollo Comercial de Boeing Air Force Fighters and Trainers. “La exitosa serie de pruebas en tierra y cuatro salidas de vuelo ilustran nuestra capacidad de colaboración para integrar, entregar y probar rápidamente nueva tecnología con el potencial de cambiar la formación de pilotos de combate para toda una generación. Combinar las plataformas, capacidades y conocimientos de Boeing con empresas nuevas y emergentes como Red 6 crea mejores productos y servicios para el combatiente”, explica el directivo
Utilizando la tecnología patentada de Red 6, los pilotos podrán ver e interactuar con aviones virtuales, objetivos y amenazas en tierra y en el aire, al mismo tiempo que experimentan las cargas cognitivas de volar físicamente el avión.
«Estamos muy orgullosos de los esfuerzos de nuestro equipo para pasar de la integración en el TA-4J a volar con éxito la tecnología en menos de un año», dijo Thomas «Guns» Bergeson, presidente de Red 6. «Seguimos centrados en ofrecer un sistema completo de entorno de entrenamiento sintético al aire libre que transformará el entrenamiento de futuros pilotos de combate. La combinación de T-7 y ATARS marcará el comienzo de un nuevo paradigma en el entrenamiento, que impactará directamente en la preparación y la letalidad”.
La organización Air Dominance de Boeing continúa asociándose con nuevas empresas de toda la industria, en busca de sistemas nuevos y de vanguardia como ATARS. Las capacidades del banco de pruebas desarrolladas por Boeing y socios industriales no tradicionales reducen el riesgo para programas futuros.