Boeing, que suspendió la pasada primavera durante unas semanas la producción de su planta de Seattle, cerrará definitivamente esas instalaciones este semestre, según anunció el fabricante aeronáutico norteamericano.
Tal como publicó este miércoles el diario The Seattle Times, la dirección de la compañía comunicó a los empleados afectados justo antes de Navidad que en los próximos cuatro a seis meses cerrará la instalación conocida como Centro de Compuestos de Desarrollo Avanzado (ADC).
Hace solo 10 años, Boeing amplió esas instalaciones y las presentó como un centro de innovación futura para las capacidades de fabricación internas.
Aunque relativamente pocas personas trabajan en la instalación en este momento, su simbolismo aumentará la preocupación por el futuro del fabricante de aviones en esta región. Aquí es donde durante décadas Boeing llevó a cabo sus programas de investigación de fabricación más importantes y secretos, tanto militares como comerciales.
Aquí se desarrollaron tecnologías clave para construir piezas críticas del bombardero B2 Stealth y el 787 Dreamliner. La instalación cuenta con dos hornos enormes de alta presión conocidos como autoclaves, que se utilizan para hornear materiales compuestos de carbono y equipos robóticos para fabricar grandes piezas estructurales compuestas.
Boeing, en un intento por reducir drásticamente sus tenencias de bienes raíces mientras lucha contra la drástica caída en su negocio debido a la pandemia, minimizó la importancia del cierre. «Este es uno de los diversos pasos que estamos tomando para optimizar nuestras operaciones y hacer un uso más eficiente del espacio de nuestras instalaciones», dijo la compañía en un comunicado, y agregó que algunos trabajos de aviones no comerciales continuarán desarrollándose en el edificio «por el momento”.