“Boeing entregó a primeros de año a la autoridad investigadora correspondiente un documento que contenía declaraciones de un ex empleado de la empresa”, dice en un comunicado oficial emitido el pasado viernes por el constructor aeronáutico norteamericano, a propósito de las acusaciones sobre el retraso en la entrega de estos documentos a la FAA.
“El presidente y director ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenburg, llamó al administrador de la FAA Dickson para responder a las inquietudes planteadas en su carta y le aseguró que estamos dando todos los pasos posibles para devolver el MAX al servicio de manera segura”, dice el comunicado como respuesta a la carta del administrador de la FAA, Steve Dickson.
“Ayer, entregamos al Departamento de Transporte un documento que contenía declaraciones de un ex empleado de Boeing. A principios de este año, Boeing entregó este mismo documento a la autoridad investigadora correspondiente”, añade el comunicado.
“Boeing también ha cooperado voluntariamente con la investigación d la Comisión de Infraestructura y Transporte de la Cámara sobre el 737 MAX. Como parte de esa cooperación, hoy también entregamos ese documento a la Comisión. Continuaremos cooperando con la Comisión y todas las demás autoridades a medida que avancen con sus investigaciones”, concluye la respuesta de Boeing.
Nuevo Comunicado
En un nuevo comunicado oficial, hecho público este viernes, Boeing señala que “entendemos y lamentamos la preocupación causada por la publicación el viernes de un mensaje instantáneo del 15 de noviembre de 2016 que involucra a un ex empleado de Boeing, Mark Forkner, un piloto técnico involucrado en el desarrollo de capacitación y manuales”.
“Y lamentamos especialmente las dificultades que ha presentado la publicación de este documento para la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU y otros reguladores. Es lamentable que este documento, que se entregó a principios de este año a los investigadores del Gobierno, no se pudo publicar de una manera que hubiera permitido una explicación significativa”, añade el comunicado.
“Si bien no hemos podido hablar directamente con Forkner sobre su comprensión del documento, él ha declarado a través de su abogado que sus comentarios reflejaron una reacción a un programa de simulador que no funcionaba correctamente y que todavía estaba siendo sometido a pruebas. Continuamos investigando las circunstancias de este intercambio y nos comprometemos a identificar todos los hechos disponibles relacionados con él y a compartir esos hechos con las autoridades investigadoras y reguladoras correspondientes”.
“Boeing participó en un proceso extenso con la FAA para determinar los requisitos de capacitación de pilotos para el 737 MAX 8. Este proceso fue un esfuerzo complejo de varios años que involucró a un gran número de personas tanto en Boeing como en la FAA. Este esfuerzo en sí mismo fue solo una parte de un proceso regulatorio mucho más grande para el diseño, desarrollo y certificación del 737 MAX 8”.
“En ese proceso regulatorio, Boeing informó a la FAA sobre la expansión del Sistema de aumento de las características de maniobra (MCAS) a bajas velocidades, incluso informando a la FAA y a los reguladores internacionales en múltiples ocasiones sobre la configuración final de MCAS. El proceso también incluyó la evaluación de MCAS en configuraciones de baja velocidad para capacitación y certificación. El software del simulador utilizado durante la sesión del 15 de noviembre todavía se estaba sometiendo a pruebas y calificación y no se había finalizado, pero también preveía la operación de MCAS a baja velocidad. Por separado, se instaló una versión de baja velocidad de MCAS en los aviones utilizados para las pruebas de vuelo relacionadas con el entrenamiento que la FAA administró en agosto de 2016. Y el personal de la FAA también observó la operación de MCAS en su configuración de baja velocidad durante las pruebas de vuelo de certificación, comenzando en agosto de 2016 y continuando hasta enero de 2017”.
“Entendemos completamente el interés investigador que está recibiendo este asunto y estamos comprometidos a trabajar con las autoridades de investigación y el Congreso de los EEUU a medida que continúan sus investigaciones”.
“Estamos profundamente entristecidos y humillados por estos accidentes, y estamos totalmente comprometidos a aprender de ellos. Hemos desarrollado mejoras en el 737 MAX que garantizarán que accidentes como estos nunca vuelvan a ocurrir, y nos comprometemos a seguir trabajando estrechamente con la FAA y los reguladores globales para garantizar el regreso seguro del MAX al servicio”, concluye Boeing en su nuevo comunicado.