Boeing anunció el pasado sábado a los empleados que trabajan en su programa Space Launch System (SLS) el posible despido de hasta 400 de ellos debido a la revisión del programa Artemisa de la Nasa, por los continuos retrasos y las expectativas de costes.
Boeing es el contratista principal de la Nasa para el diseño, desarrollo, prueba y producción de la etapa central del cohete SLS, etapas superiores y conjunto de aviónica de vuelo. El 16 de noviembre de 2022, el cohete SLS se lanzó con éxito como parte de la misión Artemisa I, que sirvió como vuelo de prueba sin tripulación para validar los componentes y sistemas del cohete en preparación para futuras misiones tripuladas.
Boeing está construyendo actualmente las etapas centrales del cohete para Artemisa II, III, IV y V, así como la primera etapa superior de exploración, que reemplazará a la etapa de propulsión criogénica provisional (ICPS) en futuras misiones Artemisa. La Nasa ha invertido aproximadamente 3.000 millones de dólares al año en desarrollar el cohete y sus sistemas terrestres durante la vida útil del programa.
A finales del pasado mes de octubre, como informó este diario, Boeing se planteó la venta de su negocio espacial. El nuevo CEO, Kelly Ortberg, explora las opciones para Starliner y la estación espacial de la Nasa. Los resultados económicos del último trimestre del pasado año arrojaban unos datos negativos para esta división espacial de la empresa.
«Para alinearnos con las revisiones del programa y las expectativas de costes, hemos informado a nuestros trabajadores de SLS sobre la posibilidad de que haya un recorte de aproximadamente 400 puestos para abril de 2025″, dijo el sábado pasado un portavoz de Boeing, apoyándose en el plazo que la ley norteamericana exige de preaviso para despidos de trabajadores.
Estos 400 posibles despidos en la planta de Huntsville, Alabama, donde la empresa desarrolla el programa SLS, se sumarían a los 4.272 recortes de empleo anunciados en el pasado mes de diciembre pendientes en todos los Estados, de los que 158 corresponderían a Alabama y que tendrían efecto a partir del pasado 17 de enero.
El programa Artemisa, iniciado durante el primer gobierno de Donald Trump con el propósito de volver el hombre a la Luna y con una inversión presupuestada de unos 93.000 millones de dólares hasta este año, está siendo objeto ahora de debate entre la Casa Blanca y la dirección de la Nasa sobre el futuro del cohete SLS y del programa lunar Artemisa. El programa, de hecho, ha registrado importantes retrasos y costes crecientes, lo que está provocando su revisión.
El programa, de hecho, ha registrado importantes retrasos y costes crecientes, lo que está provocando su revisión. Muchos ven en esto la posible influencia del fundador y dueño de la empresa aeroespacial SpaceX, Elon Musk, ahora responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una comisión asesora presidencial de los Estados Unidos.