Un Falcon 20 con matrícula EC-EDC, fabricado en 1965, fue adquirido por la compañía Audeli en 1987 y operó durante casi dos décadas como jet privado en España. Tras ser retirado en 2005, la aeronave fue preservada en la base aérea de Torrejón y finalmente adquirida por Aviation Group para la formación de los futuros mecánicos e ingenieros de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
El Falcon EC-EDC se ha convertido en una valiosa herramienta educativa, permitiendo a los estudiantes aprender de primera mano sobre los sistemas hidráulicos, mandos de vuelo y otros componentes técnicos del avión. Aunque ya no surca los cielos, sigue desempeñando un papel crucial en la formación de la próxima generación de profesionales aeronáuticos, perpetuando su legado como uno de los aviones más emblemáticos de la historia de la aviación.
Con su diseño atemporal y sus contribuciones tanto en el ámbito civil como en el militar, el Falcon 20 sigue siendo un referente en el mundo de la aviación, y su impacto perdura en las aulas y hangares de hoy en día.
Un legado de la aviación
La firma francesa Marcel Dassault, reconocida por sus innovadores diseños de aviones de combate como el Mirage III y el Rafale, sorprendió en 1963 al irrumpir en el mercado civil con su primer reactor ejecutivo, el Falcon 20. Esta aeronave, inicialmente conocida como Mystère 20, conquistó rápidamente a empresarios, compañías de pasajeros, fuerzas armadas y servicios de paquetería de todo el mundo. Con una producción que superó las 500 unidades, el Falcon 20 marcó un antes y un después en la aviación civil.
Diseñado como un monoplano de ala baja con una sólida construcción metálica, el Falcon 20 debutó impulsado por dos motores General Electric CF700, que más tarde fueron reemplazados por turbofanes Garrett ATF3 de mayor rendimiento. Su robustez, fiabilidad y diseño vanguardista le otorgaron la fama de ser «un caza con cabina para pasajeros», una metáfora que refleja la combinación de velocidad y elegancia de este jet ejecutivo.
Entre sus logros más destacados figura el récord mundial de velocidad alcanzado en 1965 por la aviadora francesa Jacqueline Auriol, consolidando aún más su reputación. En términos de prestaciones, el Falcon 20 podía alcanzar una velocidad máxima de 885 kilómetros por hora y una autonomía de 3.580 kilómetros, con capacidad para transportar entre ocho y 14 pasajeros, según la configuración.
España no fue ajena al éxito del Falcon 20. El primer ejemplar llegó en 1970, adquirido por la Subsecretaría de Aviación para el Servicio de Comprobación de Ayudas a la Navegación, seguido de más unidades en los años siguientes. A partir de 1978, el Ejército del Aire integró estos aviones en el 401 Escuadrón con sede en Barajas, donde también se utilizaron para el traslado de altas personalidades del Estado.
En el ámbito civil, el Falcon 20 ganó popularidad en la década de 1980, siendo solicitado para el transporte de pasajeros VIP y el servicio de aerotaxi, destacándose por su confiabilidad en misiones de larga distancia. Sin embargo, la implementación de normativas más estrictas sobre ruido en los años 90 provocó su progresiva retirada del servicio operativo. No obstante, un Falcon 20 logró un hito histórico en 2012 al ser el primer jet en volar con un 100% de biocombustible, demostrando su capacidad para adaptarse a las exigencias medioambientales.